La Tierra está en su punto más caliente en miles de años, según científicos

Las observaciones realizadas tanto desde satélites como desde la superficie terrestre son indiscutibles: el planeta se ha calentado rápidamente en los últimos 44 años. Ya en 1850, los datos de las estaciones meteorológicas de todo el planeta dejan claro que la temperatura media de la Tierra ha ido en aumento.

En los últimos días, cuando la Tierra ha alcanzado su temperatura media más alta de la historia, los han hecho una afirmación más audaz: puede que sea más cálida que en cualquier otro momento de los últimos 125.000 años.

Rastrear las fluctuaciones climáticas durante siglos y milenios es menos sencillo y preciso que comprobar los registros de satélites o termómetros. Hay que examinar desde diarios antiguos hasta sedimentos lacustres y anillos de troncos de árboles.

Pero las observaciones son suficientes para que los paleoclimatólogos, que estudian la historia climática de la Tierra, confíen en que el actual decenio de calentamiento es excepcional en relación con cualquier periodo anterior a la última glaciación, hace unos 125.000 años.

Nuestro conocimiento de las condiciones de hace tanto tiempo es mucho menos detallado que los datos climáticos modernos, lo que significa que es imposible demostrar el calor que pudo hacer en un día determinado hace tantos miles de años. Sin embargo, la historia de la Tierra obtenida a partir de fósiles y núcleos de hielo muestra que el calor reciente habría sido casi imposible durante la mayor parte de esos milenios.

Si los registros climáticos son como una cinta de casete, la cinta se vuelve más y más borrosa cuanto más vieja es, explicó Peter Thorne, profesor de la Universidad Maynooth de Irlanda. Pero incluso las cintas más antiguas hacen ruido.

Los registros de las décadas más recientes son, por supuesto, los más detallados. Los datos del siglo XIX son algo menos ricos y precisos, pero siguen siendo exhaustivos. Durante un periodo que se remonta a unos 2.000 años, científicos e historiadores han utilizado artefactos y observaciones geológicas para reconstruir patrones climáticos y fenómenos extremos a una escala que va desde decenios hasta años aislados.

Antes, los datos existían en escalas medias de décadas a siglos. Por ejemplo, el fósil de un helecho hallado bajo un glaciar indica a los científicos que en su día las condiciones eran mucho más cálidas. No pueden precisar el año en que el helecho quedó atrapado en el sedimento, pero pueden hacerse una idea de cuánto tiempo hace que los patrones climáticos eran tales que un helecho podía crecer en un lugar determinado.

Medición de un periodo cálido hace 6.000 años

Si un solo día de los últimos 100.000 ó 125.000 años pudo ser tan cálido como el de esta semana en la Tierra, los científicos afirman que sólo pudo ocurrir hace unos 6.000 años. En aquella época, el planeta se había calentado con el final de la última glaciación, y comenzó un periodo de enfriamiento global que se prolongaría hasta la Revolución Industrial.

Los científicos están seguros de que, aparte del calentamiento global de las últimas décadas, fue el periodo más cálido de la Tierra en los últimos 100.000 años. Calculan que las temperaturas fueron, de media, entre 0,2 y 1 grado Celsius (entre 0,36 y 1,8 grados Fahrenheit) más cálidas que entre 1850 y 1900.

En comparación, durante un mes de junio récord, las temperaturas medias mundiales fueron 1,36 grados Celsius (2,4 grados Fahrenheit) más cálidas que entre 1850 y 1900, según el Servicio Europeo de Cambio Climático Copernicus.

Durante el tramo de hace 6.000 años, el calor se debió en gran medida a las fluctuaciones de la órbita de la Tierra, que es elíptica en lugar de circular. Mientras que hoy en día la Tierra se acerca más al Sol a principios de enero de cada año, en aquella época ocurría alrededor de esta época del año, durante el verano del hemisferio norte. Ello tuvo un efecto global de calentamiento planetario porque el Hemisferio Norte contiene más tierra que el Hemisferio Sur, y la tierra se calienta más rápido que los océanos.

Es posible que, aunque las temperaturas medias fueran similares a las actuales, los extremos diarios fueran mayores porque el planeta estaba mucho más cerca del sol durante el verano del hemisferio norte, explica Thorne. Por ello, algunos paleoclimatólogos se muestran reacios a asegurar que esta semana se hayan producido los días más calurosos en más de 100.000 años.


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