El líder norcoreano, Kim Jong-un, visitó ayer martes el centro de desarrollo espacial nacional para inspeccionar un satélite de reconocimiento militar que ha sido ya “completado” e instruyó a los presentes a preparar el lanzamiento que se ha planeado, informó hoy la agencia estatal KCNA.
Kim visitó la sede de la Administración de Desarrollo Aeroespacial Nacional (NADA, por sus siglas en inglés) en Pionyang en la víspera en compañía de su hija, donde subrayó que el desarrollo espacial es un “factor clave” de cara a convertir un país en un “referente en áreas como la economía, la ciencia y la tecnología”.
La visita de Kim se produce después de que en diciembre Pionyang lanzara un dispositivo de prueba que tomó fotos de Corea del Sur y anunciara que planeaba poner en órbita un satélite espía para abril.
La semana pasada la propia agencia KCNA publicó un artículo alabando el potencial de desarrollo que trae consigo la industria espacial y los proyectos que el régimen prepara en este terreno.
Durante la visita el líder también afirmó que “Corea del Sur se ha convertido en un polvorín y en una avanzadilla de agresión debido al despliegue constante en la península de Corea de diferentes e importantes activos estratégicos”, en referencia a los ejercicios militares que estos días realizan Seúl y Washington, que incluyen la presencia de portaaviones y bombarderos estadounidenses.
Imágenes tomadas entre final de marzo y principios de abril y analizadas por la web especializada 38 North indican que la construcción de un puerto al sureste de la base de lanzamientos espaciales de Sohae (en el noroeste del país) se ha acelerado últimamente y avanzado mucho, junto con la carretera que lo une al complejo.
La finalización de este puerto y las infraestructuras relacionadas permitirán el envío de equipos y materiales clave para la modernización de Sohae.
El propio Kim visitó en marzo del año pasado Sohae y ordenó expandir la base para lanzar “cohetes portadores más grandes” y desplegar satélites de reconocimiento.
Corea del Norte ha lanzado cinco cohetes espaciales -el último en febrero de 2016- con los que aseguró que buscaba poner satélites de observación en órbita.
La comunidad internacional consideró en cada caso que el régimen estaba tratando de testar tecnología de misiles balísticos de manera encubierta y ningún experto ha captado jamás señal alguna de los dispositivos que se desplegaron en la órbita terrestre.
En todo caso, Pionyang ha testado desde entonces infinidad de misiles balísticos intercontinentales (ICBM), el último el pasado 13 de abril.