El gobierno del presidente Joe Biden publicó el jueves un resumen de los informes posteriores a la acción sobre la retirada de Estados Unidos de Afganistán, que culpó a su predecesor Donald Trump, diciendo que “no había señales de que más tiempo, más fondos o más estadounidenses” podrían haber cambiado fundamentalmente la trayectoria.
El documento de 12 páginas reconoció que el gobierno aprendió lecciones de la retirada caótica, y ahora se equivoca en el lado de la “comunicación agresiva” sobre los riesgos en un entorno de seguridad desestabilizado.
Biden heredó una operación agotada en Afganistán que paralizó su respuesta, dijo John Kirby, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, a los periodistas en una conferencia de prensa el jueves.
“Las transiciones importan. Esa es la primera lección aprendida aquí. Y la administración entrante no tuvo mucho de eso”, dijo Kirby. Biden se quedó con una dura elección: retirar todas las fuerzas estadounidenses o reanudar la lucha con los talibanes.
El informe apunta a la “degradación deliberada” por parte del gobierno de Trump, una acusación que, según Kirby, se refiere a la reducción de las soldados estadounidenses durante el mandato de Trump, la liberación de miles de prisioneros talibanes, la intermediación del “acuerdo de Doha” para poner fin a la guerra sin el gobierno local y la virtual congelación de un programa de visas afgano.
Los talibanes tomaron el control de Afganistán en agosto de 2021, luego de que el antiguo gobierno respaldado por Occidente en Kabul se derrumbó a una velocidad sorprendente y los últimos soldados estadounidenses se retiraron. Durante el mandato de Trump, Estados Unidos hizo un trato con los islamistas talibanes para retirar todas las fuerzas estadounidenses.
“Estados Unidos tiene una base estratégica más sólida, más capaz de apoyar a Ucrania y cumplir con nuestros compromisos de seguridad en todo el mundo, así como la competencia con China, porque no está librando una guerra terrestre en Afganistán”, señaló Kirby.