El gobierno de Haití anunció este lunes la aprobación de un “presupuesto de guerra” de 275.000 dólares para enfrentar la crisis de seguridad provocada por el avance de las pandillas armadas, que ya controlan gran parte del país.
Según el consejo presidencial de transición, casi el 40% del dinero será destinado a la policía y al ejército para combatir a los grupos armados que amenazan la estabilidad nacional. Otro 20% se usará para reforzar la frontera con República Dominicana y un 16% se dirigirá a programas sociales como salud, educación y asistencia humanitaria.
El consejo aseguró que el presupuesto refleja la voluntad del Estado de tomar acciones urgentes ante la inseguridad creciente, aunque organizaciones locales e internacionales dudan que este fondo sea suficiente para hacer frente a la situación actual.
Mientras tanto, la misión internacional respaldada por la ONU, liderada por la policía de Kenia, sigue enfrentando dificultades operativas para asistir a las autoridades haitianas.
Según la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos, las pandillas controlan al menos el 85% de Puerto Príncipe y han extendido su poder a otras zonas. El grupo denunció que una coalición conocida como Viv Ansanm tomó recientemente el control de las ciudades de Mirebalais y Saut-d’Eau, en la región central.
Durante los ataques, los agentes de policía y el personal de la prisión de Mirebalais abandonaron sus puestos. Las pandillas incendiaron la comisaría, liberaron a los presos —más de 500 reclusos— y provocaron la evacuación del hospital universitario local. Al menos 60 personas murieron en los ataques del 30 y 31 de marzo, incluyendo miembros de pandillas y reclusos fugados.
El 3 de abril, Saut-d’Eau cayó en manos de las pandillas. Activistas señalaron que la ciudad quedó vulnerable tras el redespliegue de fuerzas del orden hacia Mirebalais. En los enfrentamientos murieron dos monjas, un policía y dos periodistas siguen desaparecidos.
El grupo de derechos humanos criticó la falta de respuesta estatal, señalando que la policía está actuando sin dirección estratégica, reaccionando a los hechos en vez de prevenirlos. “Las ciudades caen una tras otra”, advirtieron. También aseguraron que los civiles y grupos de autodefensa habían pedido ayuda en repetidas ocasiones, sin recibir respuesta.
La ONU reportó que entre el 1 de enero y el 27 de marzo se registraron más de 1.500 asesinatos y 572 personas heridas en Haití. A finales de enero, otro ataque de pandillas dejó más de 260 muertos en las comunidades de Kenscoff y Carrefour, en la capital. El pasado fin de semana, otra zona de Kenscoff fue atacada, con al menos un policía desaparecido y varios más heridos, según el sindicato policial SPNH-17.
Además de las muertes, la violencia criminal ha provocado el desplazamiento de más de un millón de personas en los últimos años, de acuerdo con la ONU.