En momentos en que se implementan nuevas medidas para hacer frente al caos vial en el Gran Santo Domingo, como la puesta en marcha de horarios escalonados en las instituciones públicas o la prohibición de giros a la izquierda en zonas de gran congestionamiento, muchos se preguntan si también se contempla quitar de las intersecciones a los agentes de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett) que gestionan el tráfico.
Para cientos de ciudadanos que transitan a diario por la ciudad, la intervención de los uniformados en las vías es una de las consecuencias de mayor aglomeración vehicular, especialmente en horas punta.
Según Alexandra Cedeño, directora de Movilidad Sostenible del Instituto de Tránsito y Transporte Terrestre (Intrant), los miembros de la Digesett comenzarán a retirarse de las calles, a medida que la red semafórica sea más eficiente.
No obstante, la funcionaria aclaró que los agentes seguirán desempeñando su labor en situaciones de emergencia o cuando haya una gran carga vehicular, particularmente en los carriles reversibles que facilitan el ingreso a la ciudad, especialmente por la mañana.
“Se está trabajando para una salida más relevante y para que los ciudadanos perciban que realmente los semáforos están funcionando”, expresó la especialista.
Cedeño también aprovechó la ocasión para recordar que, por disposición gubernamental, sólo algunos altos mandos como el presidente de la República, la vicepresidenta y el director de la policía, tienen permitido el uso de flanqueadores motorizados.
Por tal motivo, no todos los miembros del tren gubernamental pueden interrumpir el tráfico para obtener preferencia en el paso vehicular.
Pendiente a resultados
En cuanto al impacto de las nuevas medidas, Cedeño indicó que se debe esperar a que los patrones de viaje se adapten, para determinar si son efectivas o requieren ajustes.
“Como son medidas de bajo costo es simplemente ajustar el tiempo de un semáforo o poner una señal vertical. La ciudad se puede gestionar”, argumentó.
La directora de Movilidad Sostenible del Intrant reveló que dentro de los puntos críticos de la ciudad figuran las avenidas 27 de Febrero, Winston Churchill, Máximo Gómez y Abraham Lincoln, así como la John F. Kennedy y la Núñez de Cáceres.
Según datos del Instituto de Tránsito y Transporte Terrestre, el caos vehicular le cuesta a República Dominicana alrededor de 180 millones de dólares anuales, lo que equivale a un 0.67 % del Producto Interno Bruto (PIB).