El doctor Félix Cruz Jiminián negó este lunes que su clínica haya realizado negocios con la administración de Santiago Hazim, exdirector del Seguro Nacional de Salud (SeNaSa), acusado por el Ministerio Público, entre otros cargos, de un presunto desfalco superior a los 15 mil millones de pesos.
“Ahora sale en los periódicos, no sé si el señor Hazim dijo que la clínica se había beneficiado. ¡Mentira, mentira y mentira! Nunca, oiga bien, lo voy a repetir tres veces: nunca, nunca, nunca hicimos ningún tipo de convenio con esa administración 2020-2025”, respondió en una entrevista vía telefónica en el programa La Opción de la Mañana.
Explicó que en el año 2012 todas las clínicas y hospitales del país firmaron contratos con las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS), incluida SeNaSa.
“Y nosotros también firmamos, con una diferencia: por estar en Cristo Rey hemos sido menospreciados y nos pagan mucho menos que a otros centros médicos, aun teniendo una clínica de alta calidad y muy equipada. Esa desconsideración hemos tenido. No obstante, a eso, hemos subsistido”, dijo.
Indicó que la modalidad inicial de pago era por paciente atendido.
“Es decir, veíamos 100 pacientes y 100 pacientes nos pagaban, al precio de SeNaSa subsidiado. Lo aceptábamos así. Ocurre que llegaron a acumularse cerca de 12 mil expedientes que SeNaSa no podía auditar; una deuda para la clínica inaguantable”, avanzó.
Relató que en 2018 la entonces directora de SeNaSa, Mercedes Rodríguez, le propuso un convenio por 3.5 millones de pesos mensuales, a cambio de atender a todos los afiliados del régimen subsidiado a nivel nacional. “¡Tremendo error caímos nosotros!”.
Señaló que al inicio el acuerdo era viable, cuando solo existía alrededor de un millón de afiliados, pero que la situación cambió drásticamente al aumentar a cinco millones.
“Solo la emergencia se volvió un caos. Veíamos pacientes de otras ARS, de SeNaSa contributivo y del régimen subsidiado, que son la inmensa mayoría. Más de tres mil pacientes mensuales solo de SeNaSa subsidiado”, agregó.
Aseguró que el costo real superaba ampliamente los pagos recibidos.
“Si tú calculas a dos mil pesos por paciente, eran seis millones de pesos solo en emergencia. Y además estaban los internamientos; a veces traían un paciente que se gastaba hasta un millón de pesos”, argumentó.




