Mientras el chárter de los Marineros permanecía el miércoles en la pista del Aeropuerto Internacional de Sacramento (SMF), con el reloj acercándose a la medianoche y casi 45 minutos de retraso, prácticamente todos a bordo se preguntaban: ¿Por qué la demora?
La noticia de que Eugenio Suárez regresaba a los Marineros en un acuerdo sensacional en la Fecha Límite de Cambios ya se había extendido como la pólvora, lo que – incluso después de una derrota desalentadora ante los Atléticos – había levantado el ánimo en el clubhouse.
Una coincidencia perfecta en el calendario -- con los Diamondbacks de Suárez aterrizando más temprano en Sacramento para su serie contra los Atléticos, y los Marineros saliendo de la ciudad -- permitió que el personal de viaje de Seattle armara una rápida logística que se convirtió al final en una gran sorpresa.
Y la forma en que lo hicieron fue casi tan legendaria como el regreso de Suárez a la organización en la que se convirtió en uno de los favoritos del clubhouse y de los aficionados.
“Significa mucho”, dijo Suárez el jueves, vistiendo de nuevo los colores de los Marineros en el T-Mobile Park. “Nunca pensé que iba a suceder”.
La sorpresa en sí
Mientras algunos encendían Netflix y otros se dormían, una presencia tardía -- y ruidosa -- surgió en la parte delantera del avión, cuyos pasajeros estallaron de júbilo cuando se dieron cuenta de lo que estaba pasando.
Suárez luego se paseó por el pasillo y abrazó a cada persona, incluyendo a sus nuevos – o no tan nuevos — compañeros de equipo, al personal del clubhouse, a los coaches e incluso a los miembros de los medios de comunicación.
“Fue un gran momento para él, creo”, comentó el mánager de los Marineros, Dan Wilson. “El béisbol se trata de amistades. Se trata de los equipos en los que juegas, los compañeros que tienes y cada vez que te reencuentras con eso, es una sensación especial. Y eso es lo que se sintió en el avión anoche. Fue un momento genial para todos nosotros”.
De vuelo comercial a privado
Suárez había volado por separado de los Diamondbacks a Sacramento desde Detroit – donde Arizona acababa de jugar contra los Tigres – para poder estar con su esposa, Génesis y sus dos hijas. Los Diamondbacks tenían el día libre el jueves, por lo que no había prisa por llegar a la ciudad.
No fue hasta que aterrizó que se enteró de que había sido cambiado, de vuelta al equipo donde pasó apenas dos temporadas (2022-2023) pero dejó una impresión tan duradera, lo que se notó en la reacción de todos los que presenciaron la sorpresa.
“Mi esposa estaba muy feliz”, confesó Suárez.
Los Marineros tenían diferentes planes para que Suárez llegara a Seattle; que tomara un vuelo comercial con Génesis y las niñas temprano el jueves parecía ser lo más lógico.
Pero una vez que quedó claro que Suárez estaría en el aeropuerto de Sacramento al mismo tiempo que llegaban los autobuses de Seattle -- y en otra feliz coincidencia, con sólo cuatro asientos abiertos en su avión de 72 puestos -- el vicepresidente del departamento de operaciones de Grandes Ligas de los Marineros, Jack Mosimann, entró en acción.
Mosimann, quien conocía bien a Suárez de su primera estadía con los Marineros, llamó al cañonero y le preguntó cuál opción prefería.
“Quiero viajar con ustedes”, le pidió Suárez.
¿Fácil? No exactamente.
El viaje en Uber al aeropuerto… desde el aeropuerto
El chárter de los Marineros estaba en un hangar privado antes del despegue, mientras que Suárez estaba en el área comercial del aeropuerto con su esposa y sus pequeñas, que estaban agotadas.
Metafóricamente, estaba en la misma área postal, pero no en el mismo código postal.
Entonces, Suárez tomó un Uber desde el área pública hasta la sección privada del aeropuerto, donde todavía tenía que pasar por seguridad. Mosimann también tuvo que contactar a los representantes de los Marineros en Delta para avisarles, porque a pesar de la fluidez de los viajes de los equipos de Grandes Ligas, no se puede simplemente añadir a cuatro amigos a un vuelo sin la documentación adecuada.