Con gritos de “¡Muerte a Estados Unidos!” y “¡Muerte a Israel!”, el Parlamento de Irán aprobó este miércoles por abrumadora mayoría la suspensión de la cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), en respuesta a los recientes ataques aéreos estadounidenses contra sus instalaciones nucleares.
La decisión fue adoptada durante una sesión pública, con 221 votos a favor, una abstención y ningún voto en contra.
La medida, que representa un duro golpe a la supervisión internacional del programa atómico iraní, fue defendida como un acto en defensa de la soberanía nacional, tras los bombardeos del pasado domingo por parte de Estados Unidos, que alcanzaron objetivos nucleares en Natanz, Fordow e Isfahán.
El documento aprobado acusa a Washington e Israel de violar el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas, afirmando que Irán se reserva todas las opciones para proteger sus intereses.
Según el texto, la Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI) denunció que los ataques violaron el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), pero aseguró que estos no detendrán el desarrollo del programa nuclear pacífico del país.
Desde Viena, el director general del OIEA, Rafael Grossi, advirtió que la labor de su organismo en Irán es “indispensable”, e instó a que se reanuden las inspecciones técnicas. Además, anunció que viajaría de inmediato a París para reunirse con el presidente francés Emmanuel Macron con el fin de coordinar una respuesta diplomática a la escalada.
Por su parte, el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Ismail Baghaei, confirmó el pasado 16 de junio que el gobierno estudia abandonar el TNP, aunque reiteró que Teherán se opone al desarrollo de armas nucleares. Pese a ello, Irán acumula más de 400 kilos de uranio enriquecido al 60 %, un nivel muy cercano al necesario para usos militares.
Para que la ley entre en vigor, aún requiere la aprobación del Consejo de Guardianes de la Revolución y la firma del presidente iraní. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con creciente preocupación el rumbo del programa nuclear iraní, ahora fuera del alcance directo de las inspecciones de la ONU.