El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, puso fin el miércoles al proceso de juicio político en su contra al disolver la Asamblea Nacional liderada por la oposición, que lo había acusado de malversación de fondos.
El presidente derechista, que ha negado haber actuado mal, puede gobernar hasta por seis meses por decreto según la constitución del país sudamericano.
El Consejo Nacional Electoral tiene ahora siete días para convocar a elecciones presidenciales y legislativas, que deben celebrarse en un plazo de 90 días. Los elegidos terminarán los mandatos de Lasso y los legisladores que destituyó, que estaba previsto que finalizaran en mayo de 2025.
En un mensaje televisado, Lasso acusó a la Asamblea Nacional de enfocarse “en desestabilizar al gobierno”. Llamó a su movimiento “democrático” y como una forma de darle “a la gente el poder de decidir su futuro en las próximas elecciones”.
Los legisladores habían acusado a Lasso de no haber intervenido para terminar un contrato entre la empresa estatal de transporte de petróleo Flota Petrolera Ecuatoriana y la entidad privada Amazonas Tankers.
Los acusadores argumentan que Lasso sabía que el contrato estaba lleno de irregularidades y le costaría al Estado pérdidas millonarias, algo que el presidente rechaza por falso.
Lasso, un exbanquero, fue elegido en 2021 y chocó desde el principio con una fuerte oposición en la Asamblea Nacional de 137 miembros.
Se defendió ante el Congreso el martes, insistiendo en que no había pruebas ni testimonios de irregularidades.
Esta historia ha sido corregida para mostrar que Lasso hizo el movimiento el miércoles, no el martes.