Años antes de que Derrek Lee se convirtiera en compañero del dominicano Sammy Sosa, ya admiraba al cañonero de los Cachorros.
Lee recuerda la carrera jonronera de 1998, cuando Sosa y Mark McGwire competían por el récord de vuelacercas en una temporada. Recuerda la emoción que se vivía en el béisbol, e incluso el deseo de los propios jugadores de presenciar algo tan simple como… ¿la práctica de bateo?
“No recuerdo otro momento antes o después en el que los jugadores se quedaran en el terreno durante la práctica para ver al bateador del otro equipo”, relató Lee. “Eso te dice todo”.
Seis años después, Lee y Sosa vestían juntos el uniforme de los Cachorros.
Y 21 años más tarde, ambos estuvieron presentes la tarde del domingo en el Wrigley Field. Era su turno de ser exaltados al Salón de la Fama de los Cachorros.
Fueron inmortalizados con placas en la pared debajo de las gradas del jardín izquierdo. Luego recibieron tributos en video y chaquetas azules --acompañados de otros como Fergie Jenkins, Rick Sutcliffe y Kerry Wood-- en una ceremonia en el plato. Además, realizaron el primer lanzamiento ceremonial y lideraron el canto de “Take Me Out to the Ballgame” en la séptima entrada para culminar la jornada.
“Ha sido un fin de semana increíble”, dijo Lee. “Vivir esto con mi familia, con excompañeros aquí, es un gran gesto el que hacen al honrar nuestras carreras en Chicago. Ha sido muy divertido. Mi cumpleaños justo este fin de semana… no se me ocurre una mejor manera de celebrarlo”.
Sosa y Lee sólo coincidieron en Chicago en 2004, pero ambos representan grandes influencias para al menos una generación de fanáticos de los Cachorros.
Sosa llegó primero, adquirido desde los Medias Blancas antes de la campaña de 1992. En 13 temporadas con el club conectó 545 de sus 609 jonrones, récord de la franquicia. Sigue siendo el único jugador en la historia de MLB con tres temporadas de 60 cuadrangulares, dueño de la tercera, quinta y sexta mayor cifra de todos los tiempos.
Su rol en aquella temporada de 1998 ayudó a revitalizar el interés de los aficionados, y también brilló en el equipo del 2003 que quedó a una victoria de su primer banderín en 58 años. En su etapa con los Cachorros fue siete veces All-Star, seis veces Bate de Plata y Jugador Más Valioso de la Liga Nacional en 1998.
Controversias como las acusaciones de uso de sustancias prohibidas lo mantuvieron alejado de la organización por dos décadas. Pero tras una disculpa en diciembre, asistió a la Convención de los Cachorros en enero, visitó los entrenamientos primaverales y en junio hizo su esperado regreso al Wrigley Field.
Con su ingreso al Salón de la Fama de los Cachorros, la reunión parece completa.
“La manera en que jugué aquí, lo hice con entrega todos los días”, dijo Sosa. “Vine a jugar duro. Y lo bueno es que me gané al público. La afición siempre estuvo de mi lado, gracias a Dios. Les di mucha felicidad, y creo que ese cariño que les di, ahora me lo devuelven. Estoy muy contento por eso”.
Cuando Chicago adquirió a Lee en noviembre de 2003, la afición no tenía la mejor opinión de él, pues venía del equipo de los Marlins que había eliminado a los Cachorros en la SCLN. Pero pronto cambió esas percepciones.
En siete temporadas con Chicago, Lee asistió a dos Juegos de Estrellas, ganó dos de sus tres Guantes de Oro y obtuvo su único Bate de Plata. Su campaña del 2005 fue espectacular: lideró la liga con promedio de .335, además de 46 jonrones y 107 impulsadas. Ese año fue All-Star, Guante de Oro y Bate de Plata, y terminó tercero en la votación al JMV de la Liga Nacional.
Al igual que Sosa, Lee fue parte de un club con aspiraciones reales al título. Los Cachorros de 2008 ganaron 97 juegos y parecían listos para romper su sequía de 100 años sin Serie Mundial, con Lee titular en 152 juegos en la inicial.
La temporada no terminó como jugadores y fanáticos soñaban, pero fue un emocionante recorrido de 162 juegos.
“Éramos muy unidos en el clubhouse, y eso obviamente se reflejaba en el terreno”, recordó Lee. “No se reflejó en la postemporada, pero la temporada regular del 2008 fue muy buena”.
Lee ha estado cerca de los Cachorros desde su retiro, incluyendo su presencia en la Serie Mundial de 2016 en el Wrigley. “No sé si alguna vez apoyé más fuerte a un equipo”, confesó, aunque admitió sentir algo de celos porque quería ser parte de aquel conjunto histórico.
Sosa apenas ahora regresa a los brazos de la franquicia. Está viviendo muchos de los cambios por primera vez. Incluso llamó al renovado Wrigley Field “Disneylandia”.
Sobre su rol con la organización en adelante, prefiere esperar.
“Ya estoy aquí”, externó Sosa. “Estoy feliz de continuar con todo esto, y veremos qué pasa”.