Enviar una fuerza internacional para solucionar la grave crisis que padece Haití debe hacerse reconociendo los errores que se cometieron en el pasado en ese país, opinó este jueves el representante de la ONU en República Dominicana, Mauricio Ramírez Villegas.
El secretario general de la organización, António Guterres, ha señalado repetidamente la importancia de que se lleve a cabo una acción externa de apoyo con fuerzas militares que contrarresten a las bandas que actúan con extrema violencia contra la población en su lucha por el territorio sin que las autoridades logren contenerlas.
Pero los Estados miembros de Naciones Unidas, “sobre todo los países que tengan la voluntad, la capacidad y el interés de llevar a cabo una intervención de esa naturaleza”, deben tener presente lo ocurrido en el pasado con la Minustah, un esquema que “no se quiere repetir” porque “demostró no ser exitoso”, dijo Ramírez Villegas.
“Eso lo reconocemos como organización, lo reconoce la comunidad internacional, lo reconoce la sociedad haitiana igualmente, y es importante que el tipo de intervención que se haga en Haití, desde la perspectiva y la decisión que pueda tomar el Consejo de Seguridad y la comunidad internacional, reconozca esos errores”, afirmó a la prensa en Punta Cana este dominicano que participa en una reunión de la Organización Mundial del Turismo (OMT).
Lo ideal es que se hagan “los ajustes correspondientes” y se pueda desplegar “una acción mucho más efectiva”, dijo el representante de la organización en la República Dominicana, país que se ve especialmente afectado por la situación de su vecino, con el que comparte el territorio de la isla Española.
Tras recordar que intervenir en Haití “es una decisión que los Estados miembros tienen que tomar” y no la organización como tal, Ramírez Villegas urgió a actuar.
La crisis “se está profundizando”, la situación “es insostenible” y la intervención de “una fuerza militar es clave” pero, “lamentablemente, nunca se ha cristalizado y concretado ninguna de las acciones que se pueden desarrollar, porque implica recursos financieros”.
Entrar en el país caribeño supondrá “hacer una guerra con las bandas, con esos grupos paramilitares que han persistido en Haití por muchos años alimentados por los mismos intereses políticos y económicos de sus élites, y que requiere una intervención lo antes posible”.
“Nos preocupa muchísimo la situación de Haití, nos preocupa muchísimo la situación humanitaria que cada vez se profundiza más y, obviamente, nos preocupa también cómo afecta a República Dominicana y a la región entera. Es un asunto de seguridad internacional”, como ha planteado el presidente dominicano, Luis Abinader.
Recientemente, se ha realizado un análisis completo de cuáles serían las áreas estratégicas para llevar a cabo un plan de desarrollo sostenible para Haití, aunque en este momento “es muy difícil ponerle cifras” al costo que supondría un plan de semejante envergadura, pero sí hay mucho trabajo hecho desde el punto de vista analítico, apuntó.
Se han presentado planes de respuesta humanitaria y solicitudes de financiamiento al Consejo de Seguridad a través de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), explicó.
La crisis se está profundizando y afecta principalmente a las comunidades más vulnerables y más pobres de un país que tiene un 60 % de pobreza, “y cada vez es más necesario atender su situación humanitaria”, insisitió.