Yuki Tsunoda hizo todo lo posible por demostrar que era la mejor opción disponible en el grupo Red Bull para subir al primer equipo, pero el japonés fue desdeñado y el lugar que dejó vacante el despido de Sergio Pérez se lo dieron al neozelandés Liam Lawson.
El japonés Tsunoda, protegido de Honda, como casi todos sus compatriotas, tiene ese estigma y ello eclipsa sus logros y virtudes. En definitiva, ni Christian Horner ni Helmut Marlo ven a Yuki como un piloto Red Bull, no importa que los números digan que ha sido mejor que sus coequiperos.
Parece que los números de Yuki no los ve nadie y aunque tampoco es como el nipón dijo en Las Vegas, que es un “destructor” de coequiperos, es cierto que desde que Pierre Gasly se fue de AlphaTauri, él ha sido el principal proveedor de puntos.
Yuki Tsunoda llegó a la F1 en 2021 para acompañar al degradado Gasly y formó con el francés una dupla llena de buena onda, amistad y reconocimiento de que Pierre era el número uno y Yuki el dos, el aprendiz y escudero.
Ese Yuki que llegó a la F1 fue, durante mucho tiempo, un ser adorable fuera de la pista y un energúmeno de 1.59 metros de estatura dentro del habitáculo del monoplaza.
Su repertorio de malas palabras era más extenso que su vocabulario en inglés y eso se pudo constatar en los radios que intercambiaba con su foso, carrera tras carrera.
Más allá de su florido lenguaje y coléricos arranques, una vez que Pierre partió a Alpine, Yuki asumió que tenía que ser el líder de AlphaTauri, luego conocido como Racing Bulls y VCARB.
Mientras contra Gasly, Tsunoda tuvo 11-33 en parrilla y 13-30 en carrera, contra Nyck de Vries el japonés ganó 7-3 en qualy y 8-2 en carrera, un verdadero baño que, en parte, le costó el asiento al neerlandés.
Se creía que con el cambio de Daniel Ricciardo por De Vries, Tsunoda vería su suerte ante un muy experimentado piloto, pero el pequeño Yuki dominó a ‘Honey Badger’ a razón de 17-9 en calificación y 14-11 en carrera.
En su duelo personal contra Liam Lawson, Yuki empezó mal sobre todo en carrera, cuando el kiwi sustituyó temporalmente a Daniel Ricciardo por su fractura en 2023. Ahí, Tsunoda fue 4-1 en qualy, pero 1-4 en carrera.
Una vez que Lawson tomó el lugar de Ricciardo definitivamente en 2024, Yuki se puso la pilas para vencer 6-0 en calificación y 4-2 en carrera.
Eso, como dijimos, poco importó y aunque en el papel Yuki Tsunoda ya no es un piloto Honda, una vez que egresó del Formula Dream Project y que toma sus propias decisiones en cuanto a su carrera como piloto, lo cierto es que Honda presionó a Red Bull para que le dieran un test en Abu Dhabi, el de neumáticos, una vez terminada la temporada 2024.
Ese entrenamiento fue una formalidad, una manera de respetar a Honda de parte de Red Bull, pero en realidad la decisión de dar la oportunidad a Liam y no a Yuki ya estaba tomada.
Tsunoda es rápido, agresivo, competitivo y cada vez más maduro y seguramente su futuro está fuera de Red Bull, con quienes termina contrato en 2025.
Depende de lo que pase con Lawson en 2025 en Red Bull, pero podría ser que Yuki agradezca no haber sido elegido para suplir a Checo Pérez, porque si Max Verstappen hace jirones a Liam, el japonés se habría salvado de esa devastadora y, a veces, insalvable experiencia.
Resulta injusto pensar que un piloto sea encasillado por su origen deportivo o por sus relaciones, pero es cierto que Yuki llegó a la F1 impulsado por Honda y esa etiqueta abre puertas, pero también imprime prejuicios que, en muchos casos, son indelebles.