Pareciera que el instrumento de navegación que está utilizando la alta dirigencia del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) para llegar a puerto seguro no está funcionando correctamente en medio de las adversidades del mal tiempo en que se encuentra.
Están navegando a la deriva por las erráticas decisiones tomadas por la alta dirigencia del PLD en las últimas semanas.
La cúpula peledeísta perdió el Norte, rumbo ideal de toda brújula, cuando salió a defender a los ex funcionarios del gobierno del expresidente Danilo Medina involucrados en la Operación Calamar.
Siguieron en extravío cuando acusaron al presidente Luis Abinader de promover una persecución política contra dirigentes de ese partido opositor a través de la Procuraduría General de la República (PGR), y su organismo persecutor, la Procuraduría Especializada de la Corrupción Administrativa (PEPCA).
Siguieron en la nebulosa cuando autorizaron movilizaciones de protesta frente al Palacio de Justicia, donde guardaron prisión de manera preventiva los imputados de la Operación Calamar.
Finalmente perdieron todo rumbo cuando acusaron a la jueza Kenya Romero de ceder a las presiones de los medios y periodistas para enviar a la cárcel de Najayo, por 18 meses de prisión preventiva, al ex ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta; el ex ministro de Hacienda, Donald Guerrero, y arresto domiciliario con impedimento de salida para el resto del grupo (18), encabezado por el ex ministro de Obras Públicas, Gonzalo Castillo.
El pueblo dominicano sabía que en los gobiernos del PLD se habían cometidos graves actos de corrupción durante sus 20 años de administración pública, tanto en los gobiernos que encabezó el ex presidente Leonel Fernández, como en los ocho de Danilo Medina.
Pero jamás se tuvo una idea de la magnitud de los desfalcos cometidos, que suman miles y miles de millones de pesos.
Que se dieran a conocer los montos sustraídos del Erario, las estructuras mafiosas bien organizadas para conformar asociaciones de malhechores con fines de cometer descomunales actos de corrupción, los tienen totalmente desorientados, desmoralizados y perdidos en los cuatro puntos cardinales ante la opinión pública.
La agresividad mostrada por la militancia peledeísta que se presentó frente al Palacio de Justicia a protestar con violencia los apresamientos de los ex funcionarios del gobierno de Danilo Medina, pareció que tenían órdenes de liberar por la fuerza a los detenidos en ese recinto judicial.
La reacción policial ante el desafío contra la paz pública y el orden social fue desbaratar la marcha-protesta a puros bombazos con gas lacrimógeno, algunas de las cuales cayeron muy cerca y dentro de los terrenos del local del partido morado.
Viendo esto como una agresión a la Casa Nacional del PLD, la dirigencia de ese partido convocó a la prensa nacional para manejar la situación políticamente a su favor, denunciando que la actuación policial “contra el PLD” fue una acción directa del gobierno que busca hacer desaparecer a esa organización política.
Definitivamente, no pegan una. Están atrapados en su propia burbuja de mentiras y falsedades.
A pesar de los fracasos de sus estrategias, mantienen la esperanza de que el ex candidato presidencial Gonzalo Castillo salga absuelto y libre de los cargos de corrupción que pesan en su contra, tras formar parte del grupo de la Operación Calamar.
De esto producirse, buscarán la manera de desplazar mediante una conjura política interna a Abel Martínez, debido a que no ha logrado superar el 20% de la intención del voto como candidato presidencial del PLD, y en su lugar presentar a Gonzalo Castillo, que goza de mejor carisma político y quien obtuvo un 38% de los votos en las elecciones de 2020.
Lamentablemente, esa posibilidad es muy cuesta arriba, debido a que el expediente acusatorio del Ministerio Público contra los involucrados en la Operación Calamar es demasiado sólido, por lo que no hay forma de quitarle los grilletes al “Penco” peledeísta.
Caso pendiente de conocimiento judicial tiene que ver con la gestión de Gonzalo en el Ministerio de Obras Públicas, en la que supuestamente se cometieron actos de corrupción por más de $5,700 millones de pesos en los programas de asfaltado.
Y como si esto fuera poco, también falta por conocer el expediente que será elaborado cuando lleguen a mano del Ministerio Público los resultados de las auditorías que realiza la Cámara de Cuentas a los gastos de campaña que realizaron los ex presidentes Leonel Fernández y Danilo Medina, así como el propio Gonzalo.
Y ni hablar del expediente de las visitas sorpresa, que ya se tienen informes extraoficiales de que el Ministerio Público investiga cuidadosamente los fondos asignados para estos programas en el gobierno de Medina, ya que supuestamente se cometieron actos de corrupción en el manejo de más de 50 mil millones de pesos, en perjuicio del Estado.
Por donde quiera que se sume, los resultados siempre serán oscuros a los intereses de los peledeístas.
Por igual para Leonel Fernández y su Fuerza del Pueblo, especialmente ahora que el Ministerio Público está apelando el fallo que favoreció a los imputados del caso Súper Tucano, que hará cambiar de color verde a amarillo al ex presidente.
Aun así, Charli Mariotti, secretario general del PLD, criticó la reciente encuesta de la firma Gallup-RCC por haber colocado a Abel Martínez en tercer lugar, con un 14.9%, detrás de Leonel, con 19.7%, y a Luis Abinader con 50.1%.
Para Mariotti, el candidato Abel Martínez ganará en primera vuelta las elecciones presidenciales del 2024.
Pero eso es sin mirar la verja trasera del partido que sigue abierta, y por donde se están yendo muchos peledeístas para hacer fila en otras organizaciones, siendo el más reciente juramentado en el PRM Pedro Domínguez Brito, ex miembro del Comité Central y hermano del ex procurador general Francisco Domínguez Brito.