El economista Haivanjoe Ng Cortiñas advirtió hoy que la economía dominicana cerrará el 2025 con un crecimiento entre apenas un 2.2 % a un 2.3%, su nivel más bajo en 16 años en condiciones de normalidad, una desaceleración que calificó como alarmante y que ocurre a pesar de que los ingresos en divisas por turismo, remesas, exportaciones e inversión extranjera alcanzarán un récord histórico estimado en US$46,000 millones.
Para Ng Cortiñas, esta paradoja –un sector externo pujante junto a una economía interna estancada– es la evidencia más clara de que el país está atrapado en la inercia. Los US$46,000 millones son un colchón de estabilidad que evita una crisis mayor, pero también enmascaran la gravedad de la parálisis estructural interna. El dinamismo externo ya no logra transmitirse al resto de la economía porque no existe una fuerza doméstica que empuje hacia adelante. Simplemente, la economía del 2025 ha estado rodando por inercia, afirmó el economista en su nota informativa de cierre de año.
*Panorama Macroeconómico Agravado*
El economista detalló que este desempeño, muy por debajo del potencial de crecimiento del 5%, representa un retroceso significativo. El panorama se agrava con una inflación que concluiría el año en 4.5%, por encima de la meta oficial de 4.0%, lo que significa que los precios crecieron casi el doble que la actividad económica real, erosionando el poder adquisitivo de los ciudadanos.
Uno de los factores centrales de esta desaceleración, según Ng Cortiñas, es la drástica desaceleración del crédito bancario en moneda nacional, cuyo crecimiento se ubicó en torno al 9.0%, muy por debajo del ritmo usual de 15.0%. Esta restricción crediticia impactó directamente a sectores tradicionalmente motores como la construcción, las zonas francas, la manufactura local y el comercio, los cuales mostraron un comportamiento deprimido durante el año.
*Finanzas Públicas y un Gasto que no Impulsa*
La nota informativa alerta sobre un deterioro progresivo de las finanzas públicas dominicanas. El déficit fiscal se elevaría cercano al 3.2% del PIB, mientras el saldo de la deuda pública asciende a US$61,360 millones, equivalente a casi el 48.0% del PIB.
Ng Cortiñas hizo hincapié en que la estructura actual del gasto público restringe toda posibilidad de promover a la economía, tal y como ha acontecido en este año 2025. Con un gasto corriente que consume el 88.0% del presupuesto total y una inversión de capital de solo un 12.0%, es muy difícil generar un impulso económico interno sostenible, sostuvo.
Asimismo, el economista expresó preocupación por el financiamiento del gobierno a través del Banco Central, que superó los RD$35,000 millones, lo cual contribuye a presiones inflacionarias internas y mantiene las tasas de interés activas en niveles elevados, sobre el 14.3%.
*Vulnerabilidad Externa y Presiones Cambiarias*
El economista planteó la urgente necesidad de replantear el modelo productivo. El récord de divisas confirma que somos buenos atrayendo ingresos externos, pero también revela una dependencia extrema de sectores sensibles. Si no diversificamos, aumentamos la productividad y modernizamos el aparato productivo, vamos a quedarnos atrapados no solo en la inercia, sino en la vulnerabilidad, enfatizó.
Dicha vulnerabilidad se hizo evidente en el mercado cambiario durante el 2025, el cual mostró estrés y obligó al Banco Central a intervenir en varias ocasiones para contener la depreciación del peso. La tasa de cambio cerraría por encima de RD$64.15, para una depreciación anual cercana al 4.5%.
*2025 es una Señal de Alerta para 2026*
Ng Cortiñas enfatizó indicando que los resultados económicos del año que finaliza deben interpretarse como una señal de alerta máxima sobre los factores internos que limitan el crecimiento. Este año demuestra que la República Dominicana no puede seguir confiando en que la economía se sostendrá por inercia o solo por un sector externo favorable. Es tiempo de variar la política económica oficial; de lo contrario, nos acostumbraremos con nota negativa a un crecimiento que aporta cada vez menos al progreso, afirmó.
Finalmente, lanzó una advertencia sobre el próximo año: De no revertirse los factores de esta parálisis interna, el 2026 al finalizar podría mostrar similares resultados, favoreciendo al descontento social que se está acumulando, además, de la pérdida de confianza que muestra la población en quienes hacen gestión pública, fundamento que podría amenazar a la estabilidad que por décadas ha exhibido la economía dominicana.




