Dikembe Mutombo, miembro del Salón de la Fama del Baloncesto conocido por sus bloqueos y su famoso movimiento de dedos después de impedir que los oponentes pudieran encestar, falleció el lunes a los 58 años a causa de un cáncer cerebral, según informó la NBA.
Incluido en el Salón de la Fama del Baloncesto Naismith en 2015, fue ocho veces All-Star de la NBA y ganó cuatro veces el premio al jugador defensivo del año de la liga.
Su destreza defensiva (lideró la liga en bloqueos durante cinco temporadas consecutivas durante una carrera de 18 años como jugador y se retiró segundo en la lista histórica de tiros bloqueados en la NBA) fue acompañada por su enorme y juguetona sonrisa.
Nacido en la República Democrática del Congo, Mutombo llegó a la Universidad de Georgetown, en Washington, inicialmente con una beca académica en 1987, y saltó a la fama cuando se incorporó al equipo de baloncesto en su segundo año.
Fue seleccionado cuarto en el Draft de la NBA de 1991 por los Denver Nuggets.
Además de jugar en los Nuggets, jugó en los Atlanta Hawks, los Philadelphia 76ers, los entonces llamados New Jersey Nets, los New York Knicks y los Houston Rockets.
Fuera de la cancha, el altísimo pívot era conocido por su labor humanitaria. En 1997, Mutombo creó la Fundación Dikembe Mutombo con la misión de mejorar la educación y la calidad de vida en su RDC natal.
En 2022, la NBA informó que Mutombo estaba recibiendo tratamiento para un tumor cerebral en Atlanta.
La liga dijo que estaba rodeado de su familia cuando murió el lunes.
El comisionado de la NBA Adam Silver emitió un comunicado en el que afirma: “Dikembe Mutombo era sencillamente más grande que la vida. En la cancha, era uno de los mejores taponadores y jugadores defensivos de la historia de la NBA. Fuera de la cancha, se entregaba en cuerpo y alma a ayudar a los demás”.
“No había nadie más cualificado que Dikembe para ser el primer embajador mundial de la NBA. En el fondo era un humanitario. Le encantaba lo que el baloncesto podía hacer para influir positivamente en las comunidades, especialmente en su República Democrática del Congo natal y en todo el continente africano. Tuve el privilegio de viajar por el mundo con Dikembe y ver de primera mano cómo su generosidad y compasión elevaban a la gente. A lo largo de los años, siempre ha estado accesible en los eventos de la NBA, con su sonrisa contagiosa, su voz atronadora y su característico movimiento de dedos, que le han granjeado el cariño de los aficionados al baloncesto de todas las generaciones”.
“El espíritu indomable de Dikembe continúa en aquellos a quienes ayudó e inspiró a lo largo de su extraordinaria vida. Soy una de las muchas personas cuyas vidas fueron tocadas por el gran corazón de Dikembe y le echaré mucho de menos. En nombre de toda la familia de la NBA, envío mi más sentido pésame a la esposa de Dikembe, Rose, y a sus hijos; a sus muchos amigos; y a la comunidad mundial del baloncesto, a la que él realmente amaba y que le correspondía”, agregaba el comunicado.