Al conmemorarse hoy el 174 aniversario del natalicio de la poetisa y educadora Salomé Ureña y el Día Nacional del Poeta, el Ministerio de Educación de la República Dominicana (Minerd) celebró un acto para destacar su importante legado.
El homenaje se realizó en la explanada frontal Pedro Henríquez Ureña y estuvo presidido por la viceministra de Servicios Técnicos y Pedagógicos, Ancel Scheker, quien aquilató la contribución que la poetisa hizo a la educación dominicana.
Desde las 10:00 de la mañana, en todos los centros educativos del país se rindió honor a la poetisa con diversas actividades.
“Como Ministerio de Educación rendimos homenaje a Salomé Ureña quien, como discípula de Eugenio María de Hostos, sentó las bases de la educación dominicana y, a través de su vida, de su obra, de la Fundación del Instituto de Señoritas, formó a las maestras dominicanas que transformaron y se constituyeron en un hito para nuestra educación, expresó la viceministra Scheker.
Queremos reiterar nuestro compromiso con el legado y la memoria de Salomé Ureña para continuarlo”, agregó la viceministra.
Javiel Elena, director de Cultura, dijo que Salomé Ureña fue una educadora a carta cabal, y que, junto al maestro puertorriqueño, Eugenio María de Hostos, formó el Instituto de Señoritas en el año 1881, sentando las bases para una educación moderna en la República Dominicana.
Explicó que Salomé Ureña realiza una radiografía de lo que iba a ser el futuro de su hijo, Pedro Henríquez Ureña, el más humanista de los dominicanos, con el poema “Mi Pedro”, que fue interpretado musicalmente por el cantante Claudio Cohén, durante la actividad.
En el acto también estuvieron presentes: las directoras de Orientación y Psicología y de Educación Especial, Francisca de la Cruz y Lucía Vásquez, respectivamente, así como técnicos docentes y personal administrativo del Minerd.
Salomé Ureña nació el 21 de octubre de 1850 y murió el 6 de marzo de 1897. Fue una de las figuras centrales de la poesía lírica del siglo XIX e innovadora en la educación de las mujeres en el país, influenciada por la escuela positivista y la educación normalista de Hostos, de quién fue alumna aventajada.
Logró llamar la atención de gran parte de Latinoamérica por la profundidad de sus obras, entre ellas: “Ofrenda a la Patria”, “El ave y el nido”, “Sombras” y “A mi madre”.