La desgracia llegó sorpresivamente la madrugada de un lunes, llevando el luto a cientos de personas amantes de la diversión nocturna en República Dominicana.
Un luto que se hizo masivo por la cantidad de seres humanos de diferentes estratos sociales que perecieron bajo toneladas de escombros, al colapsar el techo de la reconocida discoteca Jet Set.
Por lo ocurrido, todos los dedos índices apuntan hacia los propietarios del establecimiento como responsables directos de la desgracia. Aunque, en esto hay responsabilidades compartidas.
El Estado Dominicano y su Ministerio de Obras Públicas deben ser parte interesada por el Ministerio Público al momento de las citaciones.
La desgracia era previsora, fácil de saber que ese viejo techo no soportaría la sobrecarga de toneladas de equipos electrónicos a que fue sometido, y que gracias a inspectores sobornables permitieran que tal peligro existiera.
Ya se sabe que hubo 222 víctimas. Pero los nombres más sonados de todos los fallecidos han sido los de figuras importantes del mundo artístico, deportivo y político.
La mayor demostración de dolor y tristeza se ha manifestado a favor del destacado merenguero Rubby Pérez, asi como de Octavio Dotel y Enrique Blanco Cabrera ex peloteros de Grandes Ligas.
Igualmente a favor de Nelsy Cruz, gobernadora de la provincia de Montecristi, así como figuras pertenecientes a familia de la alta sociedad.
Me extraña no escuchar ni una sola lamentación ni preocupación por los hijos de “Machepa”, esos hombres y mujeres que noche tras noche estaban allí como empleados en diferentes áreas del establecimiento siniestrado.
Nadie ha dicho nada de ellos. Es como si esa clase trabajadora no importara.
Sus familiares no han recibido por igual el abrazo de condolencia colectiva y publicidad como se ha producido con los famosos.
Justo cuando la alegría reinaba entre todos los asistentes que disfrutaban el show artístico de la leyenda del merengue Rubby Pérez, el viejo techo sobrecargado se derrumbó de forma inesperada.
Con un poco más de suerte, otras 189 personas están en diferentes hospitales recibiendo atenciones médicas, algunos con heridas leves y otros en cuidados intensivos luchando por su vida.
En conjunto, 411 familias que hoy buscan respuestas sobre un accidente que no debió ocurrir pero que lamentablemente sucedió.
Los responsables del Jet Set jamás podrán negar los efectos negativos y las consecuencias que producen las vibraciones de altavoces de alta potencia acústica.
Tenían conocimiento de que el alto nivel de los decibeles por encima de las regulaciones de la ley traspasaba las paredes de concreto y que eran capaces de dañar poco a poco las estructuras de hormigón de su establecimiento.
Sin embargo, ¿se interesó en algún momento la ministra de Interior y Policía, Faride Raful, de intervenir ese establecimiento para regular el potente sonido que se expandía a las residencias cercanas?
No. Porque la discoteca Jet Set no era un colmado de barrio pobre. Era un local propiedad de una familia multimillonaria de mucha influencia en la sociedad, por sus inversiones en medios de comunicación y centros de diversión.
Luego de los entierros y la recuperación de la salud de los heridos, estamos seguros que vendrá una mega demanda civil por negligencia contra los responsables del establecimiento.
Ojalá que los abogados que representarán a los demandantes no descarten incluir al Estado Dominicano, culpable también por la misma causa de negligencia en la supervisión oficial de estos centros de diversión que acumulan cientos de personas por encima de lo permitido que buscan entretenimiento.
Aún sigue fresca en la memoria las acciones del Tribunal de Atención Permanente del Distrito Judicial de La Vega, cuando ordenó medidas de coerción contra los propietarios de la mueblería R&S Multimuebles.
El edificio comercial colapsó y mató a una empleada y dejando varios heridos de consideración, hecho suficiente para que el juez Fernando Arturo Abreu acusara a Jesús María Sánchez Lantigua y Jorge Alberto Rosario, propietarios de la mueblería, de haber cometido homicidio involuntario.
Lo ocurrido en el Jet Set de Santo Domingo no es lo mismo ni es igual en comparación con lo ocurrido en La Vega.
Pero los familiares de los fallecidos en la afamada discoteca esperan acciones similares, aceptando como buenas y válidas las megas demandas que recibirá el Ministerio Público bajo la dirección de la magistrada Yeny Berenice Reynoso, Procuradora General de la República.
Para cerrar, es de justicia destacar y a la vez felicitar la labor desplegada por miles de hombres y mujeres pertenecientes a distintas instituciones en lo que se refiere al rescate de heridos y recuperación de cuerpos tan solo minutos después de que se conociera la tragedia.
Con poco recursos técnicos y equipos especiales, jicieron un digno trabajo como verdaderos héroes y heroínas en medio de una situación tan calamitosa.
También, destacar el recogimiento exhibido por la población en sentido general, que lloró y elevó plegarias y oraciones por los fallecidos y por la recuperación de la salud de los heridos.