¿Recuerdas la primera semana de la temporada, cuando hubo un pequeño frenesí porque el venezolano Luis Arráez comenzó el año yéndose 13-0? Algo debía estar mal si un dos veces campeón bate pasaba tanto tiempo sin dar un hit, ¿verdad?
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Desde esos primeros 13 turnos sin imparables, Arráez está bateando .340, justo por encima del promedio de .335 que dejó entre 2022 y 2023, y tiene 14 juegos con dos o más incogibles, incluyendo cinco cotejos con tres o más hits. Eso incluye una noche de cuatro cohetes en su debut con los Padres el 4 de mayo después de ser cambiado desde los Marlins. En otras palabras, todo está bien y de vuelta a la normalidad para uno de los mejores bateadores del juego.
Pero lo más importante es que significa que Arráez aún tiene la oportunidad de hacer algo que nadie ha hecho en la Era Moderna: ganar un título de bateo con tres equipos diferentes.
Arráez ya es el único jugador de la Liga Americana/Nacional en ser campeón en cada liga en temporadas consecutivas, y es uno de solo ocho jugadores de la L.A./L.N. desde 1900 en liderar a su liga en promedio de bateo con dos equipos. La campaña pasada, Arráez fue el primero en lograrlo desde que DJ LeMahieu lo hiciera en 2016 (Rockies) y en la temporada acortada por la pandemia en 2020 (Yankees). Pero antes de LeMahieu, solo había pasado una vez en más de 70 años.
Jugadores que han ganado títulos de bateo de la L.A./L.N. con equipos distintos(desde 1900):
Luis Arráez (Mellizos del 2022; Marlins del 2023)
DJ LeMahieu (Rockies del 2016; Yankees del 2020)
Bill Madlock (Cachorros de 1975-1976; Piratas de 1981,1983)
Ernie Lombardi (Rojos de 1938; Bravo de 1942)
Jimmie Foxx (Atléticos de 1933; Medias Rojas de 1938)
Lefty O'Doul (Filis de 1929; Dodgers de 1932)
Rogers Hornsby (Cardenales de 1920-1925; Bravos de 1928)
Nap Lajoie (Atléticos de 1901; Cleveland de 1903-1904, 1910)
Así que la posibilidad de que Arráez gane un tercer título de bateo con un tercer equipo, especialmente en tres años seguidos, sería algo verdaderamente especial en la historia de las Grandes Ligas. Pero tendrá trabajo por hacer.
Seguir ascendiendo
Arráez comenzará el juego del viernes bateando .312, muy lejos del liderato de bateo de la Liga Nacional. Esa distinción pertenece ahora mismo a Shohei Ohtani, quien está ligando para .355. De hecho, Arráez ni siquiera está entre los diez primeros, sino justo fuera del Top 10 en el puesto número 11 detrás del dominicano Marcell Ozuna de los Bravos (.315).
Para que Arráez suba en la clasificación, probablemente requerirá una combinación de mantenerse encendido y que otros jugadores se enfríen. Eso está lejos de ser imposible, pero sigue siendo una tarea difícil considerando cuántos nombres tendría que superar, incluidos Mookie Betts (.346), Alec Bohm (.346) y Will Smith (.331). Aún así, solo estamos en mayo y queda un largo camino por recorrer.
Por un lado, varios de los nombres en el ranking actual no tienen ni de cerca el mismo historial que Arráez cuando se trata de batear para promedio. Incluso Ohtani, por increíble que parezca, nunca ha bateado más alto que su promedio de .304 la temporada pasada. Y Betts ha bateado por encima de .300 solo una vez en las últimas cinco temporadas, y eso también fue el año pasado. Mientras tanto, Bohm y Smith nunca han conectado sobre .300 en una temporada completa.
También es importante destacar algo: aún es temprano. Los promedios pueden caer rápidamente. Un bateador de .340 ahora podría convertirse en un bateador de .240 al final de la campaña. Pero nadie espera que Arráez tenga algo cercano a ese tipo de bajón. De hecho, múltiples proyecciones aún lo ven como el líder de bate de la Liga Nacional.
En cuanto a los datos de las pelotas bateadas, algunos factores probablemente ayudarían a Arráez a mejorar. Primero, necesita batear menos rodados y volver a batear más líneas y elevados. Su tasa de rolling hasta ahora en el 2024 es la más alta de su carrera, un 47.3%, significativamente más alta que el 42.8% del 2023. Y su tasa de líneas ha disminuido a un 28.8%, frente al 31.3% del año pasado. Del mismo modo, su tasa de elevados ha bajado a un 22.6% desde el 24.1% de la campaña anterior. En general, hay más hits que se pueden batear dando líneas y elevados que rodados, por lo que una pequeña mejora en esas áreas podría significar mucho para Arráez, considerando que sigue siendo un bateador de contacto élite (tasa de swings en blanco en el percentil 99, tasa de ponches en el percentil 100).
Pero, ¿qué tan realista es esperar que Arráez se abra paso hacia la cima y haga historia con una tercera corona de bateo vistiendo los colores de un tercer equipo? La historia muestra que es una tarea difícil.
Los que lo intentaron en el pasado
De los ocho jugadores de la L.A./L.N. que ganaron títulos de bateo con dos clubes en la Era Moderna, solo uno realmente estuvo cerca de liderar a su circuito en average con un tercer equipo. Y ni siquiera estuvo tan cerca.
Rogers Hornsby ganó siete títulos de promedio de bateo en su carrera, seis con los Cardenales (1920-1925) y uno con los Bravos (1928). Pero en 1927, bateó .361 durante una campaña con los Gigantes y terminó en segundo lugar detrás de Paul Waner (.380). Luego, un año después de ser primero en average con los Bravos, bateó .380 en su primera temporada con los Cachorros. Pero eso solo fue suficiente para terminar tercero detrás de Lefty O'Doul (.398) y Babe Herman (.381).
Una mención honorífica va para Bill Madlock, quien ganó cuatro títulos de bateo en su carrera, dos con los Cachorros(1975-1976) y dos con los Piratas (1981,1983). Tuvo una oportunidad de ganar otro con los Gigantes en 1978, cuando ligó para .309, pero quedó en un distante cuarto lugar detrás del .334 de Dave Parker.
Así que, la marea de la historia del béisbol podría estar en contra de las posibilidades de Arráez. Pero luego, la belleza de los nuevos récords es que no existen hasta que alguien los convierte en realidad.
El promedio de .354 de Arráez la temporada pasada que le valió la corona de la Liga Nacional fue una cifra atípica en su carrera y muy por encima del promedio de .316 que le valió el título de la Liga Americana un año antes. Su promedio de por vida es de .325, que probablemente esté más cerca de lo que deberíamos esperar de él este año. ¿Sería eso suficiente para terminar en la cima? Parafraseando al recordado lanzador dominicano Joaquín Andújar, las preguntas como esta pueden resumirse en una frase: nunca se sabe.