Julio Rodríguez deambulaba por las calles de Cabarete en la República Dominicana durante un tiempo libre en su viaje a su tierra natal en enero pasado, cuando se topó con una escena tan conmovedora como triste.
Y en ese encuentro casual, el patrullero central de los Marineros recordó por qué estaba allí en primer lugar -- para devolverles a las personas que más lo necesitan en el lugar que más adora -- y tomó la iniciativa de inmediato.
“Fue entonces cuando decidimos, ‘Hombre, no puedo irme de este lugar sin hacer algo al respecto’”, comentó Rodríguez. “Siento que Dios me va a castigar si no hago nada. Él me trajo aquí por una razón, de la nada”.
Lo que Rodríguez descubrió fue a una anciana cuya casa estaba literalmente en ruinas debido a las recientes inundaciones del mes anterior, que dejaron la vivienda inhabitable. Sin embargo, allí estaba ella -- Agripina Polanco -- viviendo en esas condiciones durante todo el tiempo desde que las fuerzas de la naturaleza arrasaron, con su nieto, a quien Rodríguez estimó que tenía 12 o 13 años.
El esqueleto de la casa estaba agrietado por la mitad, desde el techo hasta el marco de la puerta principal, donde un catre reemplazaba la puerta, el cual se movía a un lado cada vez que alguien necesitaba entrar o salir.
Escombros de un vertedero estaban esparcidos por el suelo, necesarios para bloquear las inundaciones, lo que literalmente redujo el espacio habitable desde el suelo hacia arriba, hasta el punto de que Rodríguez se vio obligado a agacharse durante toda su visita.
Un refrigerador que apenas funcionaba estaba apoyado sobre bloques de cemento. Nadie estaba seguro de si había agua en la casa, pero supusieron que era poco probable.
“Julio entra allí”, describió Brian Mejia, de ascendencia dominicana, uno de los representantes comerciales de Rodríguez en Octagon y quien también estaba presente, “y dice: ‘Oh, Dios mío, Brian. Esta señora no puede vivir en estas condiciones’. Estaba muy húmedo y mojado. Estaba oscuro. Simplemente no era habitable”.
Siete meses después, mientras Rodríguez y el resto de MLB se embarcan en el Players' Weekend (Fin de Semana de los Jugadores) -- una iniciativa de la liga que celebra las personalidades de los protagonistas en el terreno, sus intereses fuera de él, sus esfuerzos caritativos y más -- J-Rod compartió esta historia en un esfuerzo por crear conciencia sobre los retos que experimentan los menos afortunados en su tierra natal y, con suerte, generar más ayuda para quienes la necesitan.
El Día de los Reyes Magos
Rodríguez estaba en Dominicana para la celebración anual del 6 de enero, el Día de los Reyes Magos, el pináculo de la temporada navideña en muchos países de América Latina.
El día se centra especialmente en los niños, que era el grupo demográfico al que quería ayudar. La visita representó la culminación de una colecta de juguetes e indumentaria deportiva de meses, que comenzó en Seattle en noviembre, continuó en R.D. y finalmente llevó donaciones a cerca de 1,000 niños y niñas en su ciudad natal de Loma de Cabrera.
Los esfuerzos de Rodríguez fueron apoyados por la Fundación Mariners Care y muchos de sus patrocinadores corporativos en los Estados Uniidos, así como por su propia iniciativa, la Fundación No Limits, que estableció en el 2023.
Pero la interacción con Polanco no fue publicitada, al menos al principio, por lo orgánico que fue el encuentro.
Un esfuerzo conjunto con Vic Blends
El barbero de celebridades y personalidad de las redes sociales, Vic Blends, se ha convertido en uno de los buenos amigos de Rodríguez fuera del estadio.
Con más de 18 millones de seguidores, Blends es una superestrella en su industria, habiendo cortado el pelo de celebridades como el expresidente de EE.UU., Barack Obama. Y Blends también tiene un corazón filantrópico, razón por la cual Rodríguez lo invitó a acompañarlo en su excursión a Dominicana.
Fue durante uno de esos cortes de pelo gratuitos que Rodríguez y su grupo descubrieron a Polanco y a su nieto.
Después del evento del Día de los Reyes Magos, el grupo se dirigió a Cabarete. Durante un tiempo libre, Blends quiso conectar con los locales ofreciendo más cortes de pelo gratuitos. En uno de los barrios más empobrecidos, conocieron al nieto de Polanco, quien juega béisbol y se ha convertido en un seguidor de Rodríguez y los Marineros desde la distancia.
Rodríguez luego le preguntó al nieto dónde vivía, lo que lo llevó a la impactante revelación de la condición del hogar.
Reconstruyendo "literalmente todo"
Polanco no tenía idea de la fama de Rodríguez, así que cuando él compartió sus intenciones, dijo que al principio “ella estaba un poco escéptica”.
“Siempre hay mucha gente que dice que va a hacer cosas y nunca las hace”, expresó Rodríguez. “O que simplemente lo dicen por decir. Le di garantías”.
Mejia, cuyos padres eran de la zona, tenía amplios contactos en Puerto Plata para poner las cosas en marcha. Su padre contactó a un amigo contratista de construcción que compartió un presupuesto y un cronograma. Rodríguez no dudó y aceptó de inmediato financiar el proyecto, mientras alojaba a Polanco y a su nieto en un apartamento cercano hasta que el proyecto se completara.
“Desde el techo hasta las puertas, aire acondicionado, televisores, refrigeradores, estufa, iluminación, jardinería”, relató Mejia, comenzando a llorar. “O sea, Julio reconstruyó la casa. Lo único que quedaba de la casa original eran como cuatro paredes y las vigas. Pero todo lo demás, mira, ventanas, baños, ducha... o sea, literalmente todo”.
La estructura de aproximadamente 700 pies cuadrados estuvo lista para que Polanco y su nieto se mudaran de nuevo después de tres o cuatro meses. Y el día en que lo hicieron, ella le hizo una videollamada por FaceTime a Rodríguez, vistiendo una camiseta de los Marineros, en un momento emotivo que la hizo llorar.
¿Qué sigue para la Fundación No Limits?
Rodríguez regresa a casa cada receso de temporada y lo ha hecho a lo grande, siendo el centro de atención de un desfile masivo para celebrar su Premio a Novato del Año de la Liga Americana después de la temporada del 2022 y donando una ambulancia a la sede de la defensa civil de Loma de Cabrera en el mismo viaje.
Este receso de temporada -- que él espera que llegue después de otra participación en los playoffs de los Marineros -- Rodríguez reconstruirá los terrenos de béisbol en los que se crio en Loma de Cabrera, mientras lo convierte en un complejo de una escala mucho mayor.
Específicamente, la fundación añadirá múltiples terrenos al complejo y con una variedad de dimensiones para dar cabida a todos los grupos de edad, desde jóvenes hasta mayores, así como al sóftbol y al fútbol.
“Piensan que es sólo un muchacho que vuelve para arreglar el terreno en el que jugó, pero es más que eso”, aseguró Mejia. “Está tratando de ayudar a la comunidad a tener un espacio donde todos los niños puedan jugar, niñas y niños incluidos”.
La instalación actual, dijo Mejia, “está muy deteriorada” y no ha recibido ningún tipo de mantenimiento en mucho tiempo, si es que alguna vez lo tuvo. El ambiente en el centro de R.D. es increíblemente seco, en comparación con Puerto Plata en la costa que lidia con inundaciones, lo que dificulta el crecimiento del césped, por lo que la superficie de juego presenta esencialmente más tierra que otra cosa. Tampoco hay iluminación para permitir la actividad nocturna. Y los baños no funcionan, o apenas son funcionales.
Rodríguez tiene la intención de continuar sus esfuerzos filantrópicos a lo largo de su carrera, y el próximo será el más ambicioso.
“Siento que eso se ha convertido en un tema para mí”, culminó Rodríguez, “simplemente poder hacer eventos como ése, como los que hago en mi ciudad natal. Y cada vez que vea algo en lo que puedo ayudar, definitivamente pondré mi mejor esfuerzo por echar una mano”.