Los conflictos en Haití han alcanzado una fuerte escalada en las últimas horas, con numerosas personas resultando heridas después de que los seguidores de Guy Philliphe salieran a las calles para exigir la renuncia de Ariel Henry.
Barricadas de neumáticos en llamas fueron reportadas en varias arterias del centro de la ciudad, según informó el periódico haitiano Haití 24.
Los hechos más violentos se registraron en las localidades de Jérémie y Juana Méndez, donde varias personas resultaron gravemente heridas en medio de las protestas.
Los simpatizantes de la revolución liderada por Guy Philliphe atacaron el mercado público de estas localidades, hiriendo a vendedores con armas blancas.
En Gonaïves y Miragoâne, varias decenas de personas del distrito de Raboto salieron a las calles para exigir la salida del primer ministro Ariel Henry y de los miembros de su gobierno.
Un simpatizante de Philliphe expresó que el pueblo haitiano busca una vida diferente, libre de pobreza, y que esto solo se logrará mediante la rebelión contra el gobierno actual.
“En Haití tienen a la gente como baca, que todo para ellos y nada para nadie. Él (Ariel Henry), lo que debe hacer es renunciar, porque la gente no lo quiere; la población no quiere a este gobierno”, afirmó el ciudadano haitiano en declaraciones a los medios.
La situación en Haití refleja la creciente tensión y malestar en la población, con demandas de cambios significativos en el gobierno.
El líder Haitiano
El exlíder rebelde haitiano Guy Philippe, deportado desde Estados Unidos tras cumplir una condena por narcotráfico, se ha propuesto realizar una “revolución” para “cambiar el sistema” a través de manifestaciones en todo el país.
“Este es un movimiento que estamos haciendo para cambiar el sistema en el país. Sabemos, podemos ver y todo el mundo puede ver, que en Haití, desde el asesinato del padre de la nación, Jean Jacques Dessalines, tenemos un sistema en el que hay un grupo que acapara toda la riqueza del país“, declaró Philippe a una emisora local.
De acuerdo con Philippe, un exdirector de policía, ese grupo controla el poder político y la economía del país, “a menudo vendiendo la soberanía del país a extranjeros”.