Por Socorro Monegro
Hace meses escribí en facebook que el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) estaba confrontando serias dificultades en el servicio que brindan a la población, ya que en ese organismo sólo hay cuatro patólogos, y con un horario reducido, porque en el país hay escasés de esos profesionales médicos.
De ello me enteré cuando a principios de diciembre tuve que ir a la unidad que se encuentra en el cementerio Cristo Redentor, acompañando a una familia amiga, por la muerte súbita de una niña y que después de 18 horas en el lugar no le habían hecho la autopsia y nos explicaron la situación.
Los nuevos médicos no se están especializando en esa rama por el bajo salario que reciben y los que quedan dando el servicio no dan abasto ni siquiera para las muertes por violencia o repentinas que se producen a diario en el país.
De acuerdo con la información recibida en esa oportunidad, los actuales patólogos son personas mayores y normalmente sólo laboran de 8:00 A.M a 11:00 A.M. lo que provocaba un taponamiento.
El hedor de los cadáveres era insoportable en el área, debido a que el sistema de freezer estaba dañado y los cadáveres eran mantenidos en furgones que no garantizaban que los mismos no se descompusiera⁹n por la cantidad de horas o días expuestos en condiciones inadecuadas.
Ahora, el INACIF se ha desbordado como resultado de tantas muertes con el colapso del Jet Set, llevando la angustia y desesperación a las familias de las víctimas que temen recibir los cuerpos descompuestos teniendo que enterrarlos de inmediato.
Pero el principal responsable de esa situación es el Estado que ha permitido el deterioro progresivo de ese organismo sin preocuparse en buscar solución a tiempo para responder a la población en momentos y condiciones oportunas.
En nuestro país hay miles de pelafustanes que devengan enormes salarios, sin rendir ninguna función, mientras que profesionales altamente preparados, con muchos años de estudios y especialidades, que dan un servicio a la población en condiciones inadecuadas, ganan salarios de hambre.
Es lamentable la situación de incertidumbre, angustia, desesperación, y sobre todo de impotencia, que viven decenas de personas, parientes de esas víctimas, lo que aumenta el dolor de la pérdida de ese ser querido, al que posiblemente no puedan velar.
Cada día queda más al desnudo la incapacidad del Estado en dar respuesta a las necesidades del pueblo. Los gobiernos no pueden esperar que haya crisis en determinadas áreas para buscarle solución.
Las deficiencias de las instituciones públicas los gobiernos no las ven porque no les interesa. Sólo hacen simulacros en caso de catástrofe, y ello quedó demostrado primero con la incapacidad de respuesta en el COVID y ahora con este caso de la discoteca Jet Set y el desbordamiento del INACIF.
Es que el Ministerio de Salud Pública y los demás organismos que tienen estrecha relación con el funcionamiento del INACIF nunca fueron informados de la crisis en su funcionamiento?
Oh Dios!!!