El All-Star Game de la NBA del domingo volvió ser una vergüenza. Un equipo pasó los 200 puntos, se cometieron solo tres faltas en todo el juego, nadie defendió como debería y pareció más un cumpleaños mal organizado que la cita por excelencia de las estrellas.
Los jugadores tienen que empezar a entender de qué se trata todo esto o este partido terminará desapareciendo. ¿Quieren irse de vacaciones? Háganlo, pero no inviten a 500 millones de espectadores a ver algo que más que un partido de básquetbol es un show deportivo patético.
El problema es deportivo. No es de marketing. La NBA hace todo el tiempo cosas por organizarlo mejor. Trajo un piso surrealista, un espectáculo maravilloso y renovó con nuevas actividades. El problema son los jugadores, que han decidido que este evento "es para descansar" y no para jugar.
"Los jugadores no queremos lesionarnos", dijo al cierre del partido Anthony Davis. Una excelente declaración para un hombre de 60 años que decide jugar una sola vez por semana con sus amigos en vez de dos.
En esta oportunidad, y a modo de colaboración con el grupo de jugadores al que hay que darle siempre un empujoncito para que arranque, traigo tres propuestas para mejorar el Fin de Semana. Pero antes de hacerlo, quiero aplaudir de pie a la NBA por el duelo que protagonizaron Sabrina Ionescu y Stephen Curry, lejos lo mejor del evento global.
Sabíamos que iba a ser genial, supimos cuando estaba pasando que era genial y confirmamos una vez que terminó que era genial. ¿Por qué nos gustó tanto? Porque había competencia y los dos querían ganar. De nuevo, la culpa de la caída de interés es de los jugadores, no de la NBA.
Dicho esto, vamos a las propuestas de mejora:
1. Internacionales vs estadounidenses
Hace mucho tiempo que esto está planteado en el imaginario popular, pero ahora dejó de ser una ilusión y pasó a ser necesario. El planteo estima o anticipa (esto sí ya sería el final de no ocurrir), que esta situación despertaría la competitividad entre jugadores.
La edición 2024 del Juego de Estrellas de la NBA rompió varios récords de puntos, pero, al mismo tiempo, revivió la discusión sobre un formato desgastado y aburrido.
Tiempo atrás, los estadounidenses estaban en ventaja. Hoy en día, la ventaja la tienen los internacionales, por lo que una regla beneficiaría a los estadounidenses: no se puede tener dos jugadores de un mismo país entre los doce de resto del mundo.
Es decir, que si está el canadiense Shai Gilgeous-Alexander, por ejemplo, no puede estar su compatriota Jamal Murray. Esto es una ventaja para el Team USA pero al mismo tiempo sirve como una política de difusión para que el evento sea bien interesante en el resto del mundo con la chance de involucrar 12 países con un representante.
¿Dos posibles quintetos si todos están saludables? Los comparto con ustedes:
INTERNATIONAL TEAM
Shai Gilgeous-Alexander (Canadá)
Luka Doncic (Eslovenia)
Giannis Antetokounmpo (Grecia)
Victor Wembanyama (Francia)
Nikola Jokic (Serbia)
TEAM USA
Kyrie Irving
Stephen Curry
LeBron James
Jayson Tatum
Joel Embiid (representará a USA en JJOO)
2. Torneo uno contra uno
El primer ‘one-on-one challenge’ de la historia. ¿Quiénes compiten? Los 24 jugadores citados al All-Star Game del domingo. Se enfrentarían en dos cuadros de doce jugadores por cuadro, todos contra todos, en partidos a diez puntos. Doble vale dos, Triple vale tres, y si hay falta es uno más uno. No vale hacer ‘Hack-a-quien sea’. Esto estaría prohibido por reglamento. Tiempo de juego: ocho o diez minutos.
En ambos cuadros cruzan estadounidenses e internacionales. Es eliminación directa y los primeros cruces son por estatura y posición. Ejemplo, Luka Doncic contra Kawhi Leonard, o Stephen Curry contra Shai Gilgeous-Alexander. A medida que se van eliminando, las posiciones se mezclan. Podríamos ver una final entre Nikola Jokic y Stephen Curry.
¿Quién gana? ¿El tamaño o el tiro? Díganme algo más divertido para ver que eso.
3. Torneo de triples mixto con leyenas internacionales
Este torneo que mezcla un poco de todo: capacidad para tirar, nostalgia y también integración. Importante: no es por tiempo para no beneficiar a los jugadores de la actualidad. Es por cantidad de tiros.
¿Cómo sería? Ocho participantes con dos estrellas masculinas NBA, dos estrellas femeninas NBA, dos leyendas y dos wild cards. Sería la profundización del duelo Ionescu-Curry.
El Chef estuvo encendido, anotó 29 puntos y venció a la espectacular tiradora de la WNBA que sumó 26 unidades.
Dos ejemplos de "leyenda" podrían ser Ray Allen y Reggie Miller. ¿Y las wild cards? Para tiradores elite que por una razón u otra no juegan hoy o no jugaron nunca en la NBA. Hay varios, pero dos estrellas que me vienen a la cabeza hoy son los españoles Juan Carlos 'La Bomba' Navarro o Sergio Llull.
¿Y qué tal invitar a Manu Ginóbili? La selección la harían los fanáticos de una preselección ya establecida por la competencia, que cambia año tras año.
A modo de conclusión
La NBA siempre estará innovando en busca de mejorar el espectáculo. El negocio funciona de esa manera, pero hoy se necesita más de los jugadores que de la organización. Para existir, el deporte necesita competencia. Ningun espectador puede divertirse en un partido en el que nadie se lo toma demasiado en serio.
Se necesita cambiar para que todo cambie. Volver a los orígenes del All-Star, cuando las estrellas se jugaban el prestigio cuando se ponían la camiseta del Este o el Oeste. Es vital recuperar el orgullo que significa ser considerado entre los 24 mejores jugadores del planeta. Hay que respetar a quien está viendo, pero por sobre todas las cosas respetarse a uno mismo y el juego. El legado está hecho de estos pequeños detalles.
No vale todo lo mismo. Todavía están a tiempo de mejorar.
Es ahora. Mañana ya puede ser demasiado tarde.