Cuando los Padres tomaron una ventaja de 3-0 en la misma primera entrada del Juego 1 de la Serie Divisional de la Liga Nacional contra los Padres el sábado en el Dodger Stadium, a muchos fanáticos de Los Ángeles les llegó el recuerdo de lo sucedido hace un año en esta misma ronda de los playoffs, cuando los Diamondbacks atacaron desde el principio aquí en el primer choque, rumbo a una sorpresiva barrida de los azules.
Sin embargo, aquella edición de los Dodgers no contaba con Shohei Ohtani. En el segundo episodio, la superestrella japonesa – jugando en su primer partido de postemporada, en su séptima campaña en Grandes Ligas – conectó un cohetazo de 111.8 millas por hora que voló la cerca del bosque derecho-central con dos a bordo para empatar el encuentro. Dicho batazo le dio vida de nuevo al público de 53.028 espectadores, que al final vieron una emocionante victoria por 7-5 de los Dodgers sobre los Padres, la cual rompió una racha de seis derrotas consecutivas de Los Ángeles en postemporada desde el 2022.
“Muy complacido de poder empatar el partido en esa situación y poder batear ante un muy buen lanzador”, dijo Ohtani sobre su primer jonrón en playoffs, que fue frente al abridor de los Padres, Dylan Cease. “Creo que todo el mundo contribuyó, incluyendo el bullpen sobre todo”.
Son palabras sabias. Una presentación de apenas 3.0 entradas de cinco carreras permitidas del abridor de los Dodgers, el también japonés Yoshinobu Yamamoto, puso en una situación precaria a Los Ángeles. Pero el relevo tiró 6.0 ceros de dos hits el resto del camino, con Ryan Brasier, Alex Vesia, Evan Phillips, Michael Kopech y Blake Treinen manteniendo a raya a la ofensiva de San Diego.
“He hablado de esto durante las últimas semanas. Tenemos que luchar, y eso es lo que hicimos”, dijo el manager de los Dodgers, Dave Roberts. “No fue un inicio ideal, pero los muchachos del bullpen nos recogieron y la ofensiva fue implacable con sus turnos”.
Además del cuadrangular de Ohtani, la figura de los Dodgers en el bateo fue el dominicano Teóscar Hernández. Con los Padres arriba 5-4 en el cuarto capítulo, Hernández conectó una línea que picó justo delante del jardinero central de San Diego, Jackson Merrill, quien no pudo detener la bola. Eso permitió que anotaran las carreras del empate y de la ventaja, una que jamás soltarían los Dodgers en el partido.
“Cuando le di, pensé que iba a salir un hit casi limpio, pero gracias a Dios salió para el lado de nosotros y pudimos irnos arriba”, dijo Hernández.
La reacción de los Dodgers el sábado, después de dos años consecutivos de eliminaciones en esta ronda de los playoffs, fue el tema de la jornada del lado de los azules. Y todo empezó con el estacazo de Ohtani, el hombre del contrato de 10 años y US$700 millones.
“Obviamente, nos puso en el juego de nuevo”, comentó Roberts. “Nos devolvió el impulso y nos dio vida. Fue un batazo enorme”.
Con los Dodgers arriba 1-0 en la serie al mejor de cinco, habrá más sabor japonés en el Juego 2 el domingo, cuando Yu Darvish se subirá a la lomita por San Diego, contra Jack Flaherty de Los Ángeles.
“Hay cierta dificultad de completar una campaña regular, pero también estoy experimentando lo que es jugar en un partido de postemporada, que es difícil en otro sentido”, manifestó Ohtani. “Estoy contento de ser parte de esto”.
Verdugo responde y Yankees ganan histórico ida y vuelta en el Juego 1
Faltaban solo unos días para esta Serie Divisional de la Liga Americana, y Alex Verdugo aún no podía hablar con autoridad sobre su rol en el roster de los Yankees, respondiendo con un encogimiento de hombros verbal. Había perdido tiempo de juego en el último mes de la temporada regular, y no parecía haber respuestas claras.
Resultó que Verdugo no solo sería titular en los playoffs, sino que sería una estrella. Verdugo dio el golpe final en un juego de ida y vuelta, conectando un sencillo que puso a los Yankees al frente en el séptimo inning rumbo a una victoria por 6-5 sobre los Reales en el Juego 1 de la SDLA la noche del sábado en el Yankee Stadium.
El hit de Verdugo contra Michael Lorenzen, su segundo del encuentro, impulsó a Jazz Chisholm Jr. con una carrera que representó el quinto cambio de ventaja del juego, el mayor número en un partido de postemporada, según el Elias Sports Bureau.
En todas las series de postemporada al mejor de cinco, el equipo que gana el Juego 1 ha ganado la serie 109 de 152 veces (72%). En las Series Divisionales bajo el formato actual 2-2-1, los equipos que ganan el Juego 1 en casa han avanzado 37 de 51 veces (73%).
“Es el hombre”, dijo el dominicano Juan Soto sobre Verdugo a TBS después de la victoria. “No importa lo que haya pasado en el pasado, seguimos luchando y seguimos adelante, y lo demostró hoy. Está probando que es un gran jugador y está aquí para nosotros”.
El hit que puso a los Yankees al frente llegó después de que el manager Aaron Boone optara por iniciar con el veterano en el jardín izquierdo en lugar del prospecto dominicano Jasson Domínguez, señalando la defensa más confiable de Verdugo y su historial en el plato, a pesar de que Verdugo tuvo una marcada baja de rendimiento en la segunda mitad.
Boone destacó la experiencia de Verdugo en los playoffs con los Medias Rojas, creyendo que el momento no lo abrumaría, lo cual resultó ser correcto. Verdugo también salvó un par de carreras con una atrapada deslizándose ante un elevado de Michael Massey en el cuarto acto.
El venezolano Gleyber Torres conectó un jonrón de dos carreras en la tercera entrada para los Yankees, quienes aprovecharon cuatro bases por bolas para anotar un par de rayas más en la quinta.
“Fue una primera mitad difícil para él”, apuntó Boone sobre Torres. “Él siguió trabajando duro, y creo que todos sabíamos que, siendo el tipo de bateador que es, encontraría su nivel, y ciertamente lo ha hecho en la segunda mitad. Ha sido una chispa en el puesto de primer bate."
Austin Wells conectó un sencillo impulsor en el sexto para empatar las acciones, preparando el escenario para el hit de Verdugo.
Los Yankees tuvieron que luchar después de que Gerrit Cole no estuvo en su mejor día, permitiendo cuatro carreras (tres limpias) y siete hits en cinco innings y fracción. Tommy Pham conectó un elevado de sacrificio en la segunda entrada y MJ Meléndez bateó un jonrón de dos carreras en el cuarto para liderar el ataque contra Cole, quien dio dos bases por bolas y ponchó a cuatro.
La defensa de Nueva York también tuvo problemas. Anthony Volpe tiró mal durante posible doble play en el sexto episodio que precedió al sencillo de dos carreras como emergente de Garrett Hampson contra Tim Hill.
Pero detrás de Hill, el bullpen de los Yankees estuvo muy bien. Clay Holmes (1-0), Tommy Kahnle y Luke Weaver (salvado de cuatro outs) mantuvieron a los Reales sin anotaciones el resto del juego.
Mets sacan otra vez su “magia” para remontar y ganar el J1 en Filadelfia
Poco después de que los Mets terminaran haciendo lo que parecen hacer siempre estos días, sacudiéndose un comienzo lento para anotar cinco carreras en el octavo inning y vencer a los Filis 6-2, le preguntaron a Brandon Nimmo si cree en alguno o en todos los siguientes conceptos: magia, mojo, o impulso.
Nimmo se rió, volteando hacia su compañero Mark Vientos: “¿Qué piensas tú?”
“No,” respondió Vientos. “Creo en trabajar duro, y los resultados vendrán después.”
Quizás este gran momento en octubre no sea más que el producto del buen trabajo duro. O quizás haya algo divino en el aire. Independientemente de la fuente, está claro que estos Mets han descubierto algo único: una habilidad para darle la vuelta a los juegos, robarse victorias de las garras de la derrota, y hacerlo una y otra vez en los momentos más importantes.
El sábado, en el Juego 1 de la Serie Divisional de la Liga Nacional, los Mets solo consiguieron un hit en siete entradas ante Zack Wheeler, el candidato al Cy Young de la L.N. En el momento en que Wheeler salió del juego, explotaron con cinco rayitas en cinco hits en el octavo episodio. Vientos conectó un sencillo impulsor para empatar la pizarra. Nimmo lo siguió con un hit para poner a los Mets al frente. Y los neoyorquinos no miraron atrás en el Citizens Bank Park, robándose el Juego 1 y posicionándose como los nuevos favoritos en esta serie al mejor de cinco.
Bajo el formato actual de la Serie Divisional, los equipos que han tomado una ventaja de 1-0 como visitantes han ganado la serie el 73 por ciento de las veces.
“Este es el equipo más loco en el que he estado”, aseguró el bateador designado J.D. Martínez, un veterano de 14 años en las Grandes Ligas con un anillo de Serie Mundial en su haber. “Nos reímos de eso. Nos hacemos bromas y decimos, ‘Esto es un zoológico’. Porque nunca sabemos qué va a pasar”.
Principalmente, Martínez se refería a las personalidades en el clubhouse: el tipo de personas que celebran las victorias con calabazas miniatura o lanzan canciones pop exitosas en su tiempo libre. Sin embargo, al ser presionado, reconoció que lo que ha estado ocurriendo en el terreno también es un poco salvaje. Esta misma semana, en un lapso de seis días, los Mets han ganado tres juegos cruciales en los que iban perdiendo en el octavo inning o más tarde. Más allá de eso, el club parecía superado durante los primeros siete actos en todos ellos.
- En el Juego 1 de su doble cartelera en Atlanta el lunes, los Mets tenían de 24-3 antes de explotar con ocho rayitas y ocho hits en las octava y novena entrada.
- Tres días después, en el Juego 3 de la Serie del Comodín en Milwaukee, los Mets llevaban de 26-2 durante los primeros ocho innings antes de que Pete Alonso conectara un jonrón de tres carreras durante una novena entrada de cuatro anotaciones.
- En el Juego 1 de la SDLN el sábado, los Mets tenían de 21-1 en siete innings contra Wheeler antes de irse de 11-7 con seis carreras el resto del juego.
“¿Cuántas veces lo has visto?”, preguntó Martínez en el clubhouse después del juego.
Los Mets se convirtieron en el tercer equipo de la Liga Nacional en ganar juegos consecutivos de playoffs en los que iban perdiendo en la octava entrada o más tarde, cayendo detrás por un jonrón abriendo el juego de Kyle Schwarber contra Kodai Senga y continuando en desventaja hasta su decisiva remontada. También anotaron al menos cinco carreras en un inning por segunda vez en esta postemporada, la primera vez en la historia de la franquicia que eso sucede.
Esta versión de los Mets puede haber nacido el 11 de septiembre en Toronto, donde Bowden Francis llevó un juego sin hits hasta el noveno acto solo para ver al puertorriqueño Francisco Lindor empatar las acciones con un jonrón para abrir la entrada, lo que llevó a una ráfaga de seis rayas para ganar el juego. No es que los Mets no hubieran tenido su cuota de remontadas antes de eso, pero desde ese momento, han desarrollado una habilidad para ganar con frecuencia cuando parece que toda esperanza está perdida.
“Exactamente lo mismo”, señaló el relevista de los Mets Ryne Stanek, comparando el juego de Francis con la actuación de Wheeler el sábado. “Un tipo que simplemente dominó. Está tan concentrado como puedes estar. Bien. Esperas un error y actúas. Y fue genial. Tenemos muchos muchachos que no entran en pánico en estas situaciones, especialmente en un ambiente hostil”.
El Citizens Bank Park no fue nada sino hostil en el Juego 1, con 45,751 almas gritando y muchos de los presentes estaban abucheando a su propio equipo, quizás sin darse cuenta de la inevitabilidad de estos Mets.
“Cuando compites”, recordó dijo el segunda base cubano José Iglesias, uno de los líderes espirituales de este equipo, “es solo cuestión de tiempo”.
Guardianes abruman a Tigres con su “Guards Ball” y se llevan el J1 de la SDLA
No siempre es el más llamativo, ni el más bonito. A veces ni te das cuenta que alguien cruzó el plato. Sin embargo, cuando levantas la miradas hacia la pizarra en el noveno inning de un juego, y ves a los Guardianes con la ventaja y al cerrador dominicano Emmanuel Clase en la loma, sabes que fuiste superado.
Bienvenido a la “Guards Ball” (Pelota de los Guardianes).
El estilo de juego de los Guardianes también es una mentalidad. El utility de Cleveland, David Fry, mencionó esa frase a comienzos de la temporada cuando estaba claro que este roster tenía lo necesario para desgastar a sus rivales. Se trata de un estilo de "muerte por mil cortes", que prioriza las bases por bolas, los sencillos, el corrido de bases, los toques y elevados de sacrificio y el esfuerzo tan intenso que pone presión sobre los defensores para jugadas de rutina.
Es el mismo enfoque que les ayudó a comenzar su camino en la postemporada del 2024 ca lo grande, derrotando a los Tigres, 7-0, en el Juego 1 de la Serie Divisional de la Liga Americana el sábado por la tarde en el Progressive Field.
"Obviamente, depender únicamente del jonrón es complicado a veces, así que poder fabricar carreras de diferentes maneras es genial", expresó el jardinero de los Guardianes, Steven Kwan. "Una base por bolas por aquí y luego un gran hit importante. Y después, con nuestro bullpen imparable, es difícil vencernos".
Todo comenzó con un doble de Steven Kwan contra la pared para iniciar la primera entrada. Fry negoció una base por bolas antes de que el dominicano José Ramírez conectara un rodado fuerte por la línea de tercera base y corriera hacia la inicial. El tercera base de los Tigres, Zach McKinstry, no pudo manejarlo, ya que le pegó en el brazo y rodó hacia el jardín izquierdo, permitiendo que se anotara una carrera.
Luego, con el cuadro adentro y corredores en segunda y tercera, Josh Naylor conectó un sencillo por el lado derecho del infield que permitió anotar otra carrera.
Fue entonces cuando Lane Thomas conectó un jonrón de tres carreras, convirtiendo a los Guardianes en el primer equipo de la Liga Americana en anotar cinco carreras antes de registrar un out en un juego de playoffs. El único otro conjunto en hacerlo fueron los D-backs el año pasado contra los Dodgers en una victoria por 11-2 en el Juego 1 de la Serie Divisional de la Liga Nacional, que terminaron barriendo en tres juegos.
"Todo empieza con buenos turnos al bate, bases por bolas", expresó el receptor de los Guardianes, Austin Hedges, en agosto, al explicar qué es la Guards Ball. "Y luego fabricando carreras… Esas son las pequeñas cosas con las que desgastamos a los equipos. Y en cualquier momento, estamos a un swing de un jonrón de tres carreras. Es muy difícil competir con nosotros cuando sabes que somos capaces de eso".
La estrategia continuó en la sexta entrada, cuando el dominicano Jhonkensy Noel y Kwan se embasaron con bases por bolas antes de que Fry luchara en un turno de ocho lanzamientos que terminó con un doblete con dos outs por la línea del jardín izquierdo, impulsando dos carreras más.
Una vez más, Guards Ball.
Cada noche, el objetivo es el mismo: Anotar las suficientes carreras para darle al bullpen una ventaja, porque una vez que el coach de pitcheo Carl Willis levanta el teléfono y menciona el nombre de Cade Smith, el equipo sabe que el juego está sentenciado.
Guards Ball es más que una estrategia ofensiva. Es confiar en jugadores que debutaron hace apenas unas semanas, como Andrew Walters y Erik Sabrowski, quienes han encajado perfectamente en el molde y no han permitido una carrera limpia en sus carreras en las Grandes Ligas. Es apoyarse fuertemente en los poderosos lanzadores como Clase, Smith, Hunter Gaddis y Tim Herrin para cubrir 4.2 entradas sin permitir carreras, como lo hicieron contra los Tigres.
"Es un gusto", comentó el manager de los Guardianes, Stephen Vogt. "Mira, nuestros muchachos corren duro, juegan duro, trabajan duro antes del juego. Y de nuevo, intentas causar caos en la ofensiva, y nuestros muchachos hicieron eso hoy con un sencillo dentro del cuadro, simplemente tratando de hacer que las cosas sucedan. Como dije, tuvimos un respiro en la primera entrada, pero nuestros muchachos mantuvieron la cabeza baja y corrieron duro. Es lo que somos. Siempre vamos a jugar duro hasta que se registre el último out".
Los Guardianes ejecutaron todo a la perfección en el Juego 1. Eso mismo fue lo que los llevó a ganar 92 partidos en la temporada regular y el título de la División Central de la Liga Americana – una división que tiene tres conjuntos en la SDLA. Ahora tienen la prueba de que si se mantienen fieles a este guión, será difícil que algún equipo derrote una ejecución perfecta de Guards Ball.