Después de la tercera derrota consecutiva de los Gigantes de Rivas el domingo en esta Serie del Caribe -- la primera para Nicaragua en su historia -- el manager del equipo, Marvin Benard, se vio claramente incómodo en la sala de prensa del loanDepot park de Miami, tanto con sus propios jugadores como con la prensa nicaragüense que cubre este Clásico Caribeño.
Tras el revés de los nicas ante Federales de Chiquirí (Panamá) a primera hora en la cuarta fecha del torneo, a Benard se le cuestionó por dos toques de bola mandados con los Gigantes amenazando: Uno de Melvin Novoa que resultó en ponche con dos a bordo sin outs en la segunda entrada, y otro que sí resultó en sacrificio para poner a corredores en segunda y tercera… pero que al final tampoco resultó en anotaciones.
“Ingeniar cualquier manera de carreras”, expresó Benard. “Tratamos de tocar. No salió uno. El otro no salió (para producir carreras)”.
En otro sentido, Benard fue cuestionado sobre la decisión de sacar del partido del domingo al abridor Ronald Medrano, quien limitó a los Federales a cuatro hits y una carrera en 4.1 entradas. Acto seguido, Fidencio Flores permitió tres vueltas de parte de Panamá, lo que esencialmente puso el juego de un solo lado a favor de los istmeños.
De igual manera, se le había cuestionado a Benard decisiones similares con sus primeros dos abridores de esta Serie del Caribe, Luis Ramírez (4.1 IL, una carrera vs. Puerto Rico) y Yoanner Negrín (4.0 IL, dos carreras vs. la República Dominicana), en las primeras dos derrotas de la escuadra nicaragüense.
Todo eso hizo explotar al exjardinero de los Gigantes de San Francisco en Grandes Ligas.
“Tengo más de cuatro años, cinco años viendo a Medrano y sabemos que él llega a un límite de pitcheos”, dijo enfáticamente Benard. “Tratando de no dejarlo ahí, que lo castiguen, teniendo un bullpen que tenemos, tomé esa decisión. Las cosas no se dieron.
“No estamos de turistas. Todos tenemos un trabajo que hacer. No se le puede poner todo el peso a un pitcher, dos pitchers. Traemos 14 pitchers”.
Continuó Benard al tener que seguir contestando preguntas sobre sus estrategias.
“Ustedes están acostumbrados a un béisbol campesino”, ripostó el capataz. “El muchacho tiene un futuro. Yo no voy a arruinarle el brazo a él. Son 14 los que vienen. Todos tienen que hacer su parte, no sólo él. Me estás diciendo ‘dejalo, dejalo, dejalo’ hasta que se le caiga el brazo. A vos no te importa. Eso es lo que me estás diciendo. Sí me importa”.
Al ser cuestionado sobre el récord de 0-7 de Nicaragua como país entre el Clásico Mundial de Béisbol 2023 – en el loanDepot park, al igual que este Clásico Caribeño – y la presente Serie del Caribe, Benard no dejó de criticar a sus propios jugadores.
“Somos conformistas. Eso es lo que somos”, dijo. “El pelotero nicaragüense es conformista. Uno trata de buscar la manera de cómo motivarlos. Traemos lo mejor que tenemos, entonces eso es lo que hay. Parece que no hay hambre. A la fanaticada nicaragüense, le pido disculpa. No se merecen lo que se les está dando. Han llegado y siguen llegado. Y gracias por eso”.
La frustración de Benard no se detuvo ahí, mientras seguía el incómodo intercambio entre él y los periodistas de su país.
“Uno se cansa de todo esto”, manifestó el capataz. “Cuando me comienzan a criticar y (hacerme) preguntas así, es por eso que me enojo. Nadie está aquí de vacaciones. Estamos aquí buscando cómo pelear. No puedo batear por ellos, no puedo correr por ellos. Uno se enoja. Yo soy competidor.
“Son adultos. Tienen que buscar su responsabilidad y hacerlo”.
Prácticamente eliminado de la competencia por la clasificación a la ronda semifinal del torneo, Nicaragua se medirá a primera hora el lunes con Curacao Suns, la representación de Curazao en esta Serie del Caribe.