Era la tarde del 7 de mayo. Un joven de 23 años, cuyo nombre es Christopher Morel, estaba en la alineación de los Cachorros de Iowa como tercero al bate en otro día desde la agitada Triple-A.
Fue una buena demostración en la derrota ante los Clippers de Columbus (9-5), pegando un par de imparables en cinco turnos con carrera anotada y remolcada.
Entonces fue suficiente para el equipo grande, completando la lista de tareas que requería afinar pequeños detalles.
Consiguió una actuación demoledora a través de un promedio de .330 con 22 extrabases, y así ganó el ascenso hacia territorio de Grandes Ligas, una categoría en la que acumuló 113 partidos durante el año anterior pero con notables deficiencias.
Pasados dos días vio materializado su retorno al máximo de los escenarios, teniendo un impacto inmediato luego de conectar cuadrangular en cuatro apariciones frente a los Cardenales de San Luis.
La historia se cuenta sola desde entonces.
El nativo de Santiago, que actualmente posee rol de ‘utility’ con la capacidad de participar en los jardines y la tercera como segunda base, sostiene un paso absurdo y arrollador.
Ha conectado nueve jonrones en ocasión de 12 encuentros, incluyendo una racha de cinco duelos con vuelacercas entre el 17 y 23 del mes en curso.
Como bateador derecho y una postura en el plato caracterizada para conseguir fuertes batazos de elevados, el dominicano eclipsó la marca de Luis González (2001) y Larry Walker (1997) con la segunda mayor cantidad de bambinazos en los primeros 12 juegos de una temporada, manteniéndose sólo detrás de los 11 conseguidos por Mike Schmidt en igual cantidad de disputas en el inicio de 1976, según Sarah Langs.
Como miembro de los Cachorros, Morel es el primero que en cualquier lapso de 12 partidos consigue nueve cuadrangulares desde que lo hiciese su compatriota Aramis Ramírez en 2010, de acuerdo con lo recopilado por Christopher Kamka.
Cuando Morel voló la barda por octava ocasión en los primeros 11 duelos, la tarde del 21 de mayo contra los Filis de Filadelfia, la cuenta de los Cachorros compartió el hecho de que se hizo con la mayor cantidad en menor tiempo para iniciar la temporada en la historia de la organización.
No fueron Ernie Banks o Sammy Sosa, los mayores representantes de poderío en los almanaques del conjunto, sino un jovencito que con 5-11 de estatura domina el escenario.
La causalidad está lejos de ser la razón del éxito, puesto que arrastra la calidad de contactos con la que sobresalió en Triple-A.
Allí estaba pegándole a la bola con promedio de 92.5 millas por hora y convirtió el 20.3 % en Barrels, el tipo de bola bateada que asigna mayor valor ofensivo.
Esta ardiente presentación cambió por completo el estatus de Morel, pasando de estar excluido de los planes en principio hasta estar posicionado como séptimo bate en la alineación del dirigente David Ross antes de la jornada del miércoles.
NUMERITOS
El criollo acumula una participación de 14 encuentros desde que fue ascendido a la Gran Carpa, teniendo entre sus columnas 12 extrabases y la línea ofensiva de .352 en bateo, .389 en embasado y slugging de .907.
Durante Triple-A, el carismático utility cosechó 134 apariciones con 22 de estas convertidas en conexiones de bases múltiples, poseyendo barra de .330 y un astronómico OPS de 1.156.
SEPA MÁS
Luego de concluir el calendario de partidos del 23 de mayo, 44 bateadores habían alcanzado nueve cuadrangulares o más.
El dominicano ha sido el de menor cantidad de partidos para la marca (12), mientras el segundo que más pronto lo hizo fue Jake Burger (32).