El 14 de junio, los Yankees amanecieron en sus habitaciones de hotel en Boston con el mejor récord de Grandes Ligas (50-22), la mejor efectividad colectiva (2.94) y la mayor cantidad de carreras anotadas (371), aparentemente listos para seguir arrasando en la cima del Este de la Liga Americana.
Desde entonces, dijo el gerente general Brian Cashman, “fue como si un interruptor se moviera de un lado a otro”, haciendo que la temporada desviara su rumbo. Los Bombarderos perdieron esa serie de tres juegos en Fenway Park y no han ganado una serie desde entonces, llegando al Tropicana Field con un récord de 0-6-1 en sus últimas siete series.
“Ha sido una batalla, obviamente”, expresó Cashman. “Afortunadamente, salimos muy fuertes desde el principio. Esperemos que ese colchón nos permita superar esto, esperemos que más pronto que tarde, porque se ha extendido más de la cuenta”. Ha sido un tramo difícil para nosotros”.
Los Yankees han perdido 15 de 20 juegos antes del compromiso del martes, el peor récord de Grandes Ligas en ese tramo. Sólo los Rockies (131) han permitido más carreras que los Yankees (130), que no han ganado juegos consecutivos desde el 9-12 de junio.
La lista de problemas es larga, tanto en ofensiva como en defensa. La efectividad de 6.11 de los Yankees desde el 16 de junio es la peor de las Mayores, y Nueva York ha anotado apenas 20 carreras en sus últimas ocho derrotas, con un promedio de 46-7 (.152) con corredores en posición de anotar en dichos partidos.
Ha habido poca producción desde los puestos 4-9 de la alineación, y la ausencia del bateador designado Giancarlo Stanton ha eliminado una amenaza de poder significativa. La ofensiva de Alex Verdugo se ha enfriado, e incluso los confiables contribuyentes de la parte alta del orden ofensivo se han estancado.
Anthony Volpe (.439 OPS desde el 6 de junio) fue sacado del puesto de primer bate a favor del novato Ben Rice, el dominicano Juan José Soto apenas tiene cuatro hits en 22 turnos al bate en julio (.182), y Aaron Judge entró al juego del martes con dos hits en sus últimos 20 turnos al bate (.100).
Cashman dijo que los Yankees tienen previsto estar “abiertos a muchas cosas diferentes” a medida que se acerca la fecha límite de cambios del 30 de julio. Cashman no quiso hablar las áreas de necesidad del equipo, pero muchas son obvias: carecen de una presencia de ponches en el bullpen, el infielder DJ LeMahieu batea para .194 en 32 juegos, y el segunda base venezolano Gleyber Torres ha tenido un rendimiento notablemente bajo en el último año antes de ser agente libre.
“A veces esos años de agencia libre pueden volverse en tu contra”, dijo Cashman. “No estoy seguro si esa presión adicional lo está agobiando o reteniendo. Acabamos de pasar por eso con [el dominicano Luis Severino] y [Harrison] Bader el año pasado. Está cerca de la línea de meta para llegar a la agencia libre. ... El año pasado, fue nuestro segundo mejor bateador después de Aaron Judge. Estamos ansiosos y esperando, porque sé que podría tener un impacto realmente positivo”.
Torres fue relegado a la banca hace poco por no correr duro tras conectar un roletazo el 25 de junio contra los Mets, y ha habido otros incidentes preocupantes últimamente: el jardinero central Trent Grisham permitió una base extra debido a su negligencia ante un hit del infielder de los Rojos, el quisqueyano Jeimer Candelario, el 4 de julio, y Volpe trotó lengamente hacia el home en un roletazo el día siguiente, costándole a los Yankees una carrera cuando LeMahieu fue puesto out cerca de la segunda base.
Cashman dijo que considera que el manager Aaron Boone ha navegado el declive de los Yankees “lo mejor que ha podido.” Sin embargo, los Yankees han tenido problemas contra equipos de su propia división; llegaron a la acción del martes tres juegos por debajo de .500 contra el Este de la Liga Americana (13-16), con marca de 42-21 contra todos los demás oponentes.
“Tenemos que jugar mejor de lo que estamos actualmente, como unidad completa”,