La médico anestesióloga Carla Soto presentó este lunes una nueva faceta en su vida profesional, con su proyecto poético "Coesia", que además de expresar otra de sus grandes pasiones, busca promover la escritura, la lectura y la poesía.
La actividad fue realizada en el restaurante Punto y Corcho, en la capital, donde amigos y allegados de la escritora, incluido generadores de contenido, disfrutaron de un recital de poesías, inspiración de la destacada profesional de la medicina.
Soto, de tan solo 33 años, dijo que ha decidido desarrollar otra de sus más grandes pasiones: el arte de escribir, a fin de despertar en las personas su lado crítico y reflexivo a través de la poesía, una forma literaria que representa sentimientos, historias o ideas de un modo estético y artístico.
Expresó que “Coesia” quiere dejar en las personas la sed de un amor honesto y puro, poco visto en estos tiempos, ya que en cada palabra y estrofa se apreció pasión y pureza.
Carla indicó que su "Coesia es una confesión de sí misma, que busca producir en el lector el deseo de volver a amar y amar puramente. Nace con esa misión: ser un puente entre las almas, un espacio donde las voces diversas puedan encontrarse y dialogar.
Desde un corazón ilusionado por el amor y la sensualidad vivida, Carla Soto, brinda al público una oportunidad de sentir la pureza sensual de su voz y sus palabras, como promesas ardientes en la fragua del corazón.
Significó que el nombre "Coesia" evoca la idea de cohesión, de unión. "Es un reflejo de nuestro deseo de crear un proyecto inclusivo, donde todas las voces, sin importar su origen, tengan un lugar para ser escuchadas".
Asimismo, sostuvo que este proyecto "No solo será una plataforma para compartir poesía; será un espacio de aprendizaje y crecimiento. Organizaremos talleres, lecturas, encuentros y muchas otras actividades que nos permitirán explorar juntos las infinitas posibilidades de la poesía, para que cada uno de ustedes se sienta inspirado, que encuentre en "Coesia" un refugio y una fuente de creatividad".
El evento contó con la presencia de marcas como Brugal, Arturo Fuente y Kahkow. Paul Alfonso fue el encargado de la decoración y de los arreglos florales, mientras que de la ambientación musical se encargaron un pianista y un violinista, los cuales entonaron románticas notas musicale