Cuando Junior Caminero se presentó a los entrenamientos primaverales, tenía un objetivo ambicioso en mente: quería conectar 30 jonrones. A pesar de todo su talento como ex cotizado prospecto, esa marca sólo se había alcanzado 18 veces en las primeras 27 temporadas de los Rays. Lograrlo tan joven, en su primer año completo, ya sería algo especial.
Pero resultó que Caminero pudo haber apuntado más alto. Mucho más alto.
El toletero dominicano se convirtió en apenas el segundo jugador en la historia de la franquicia en conectar 40 cuadrangulares en una temporada el martes por la noche, y ese ni siquiera fue su batazo más importante del juego. El antesalista estelar dio un doble de dos carreras por la línea del jardín izquierdo en el séptimo inning para desempatar, llegar a 100 impulsadas en el año y encaminar a los Rays a una victoria 6-5 sobre los Marineros en el George M. Steinbrenner Field.
“El trabajo duro que he estado poniendo está dando frutos ahora mismo. Ustedes han visto los resultados”, dijo Caminero. “Más cosas buenas van a pasar en mi carrera. Lo sé, y sólo agradezco a Dios por la oportunidad”.
Los logros de Caminero a tan temprana edad --cumplió 22 años el 5 de julio-- lo ponen en un grupo bien exclusivo. Pero la forma en que alcanzó esas cifras redondas fue aún más significativa, pues ambos batazos llegaron en situaciones críticas durante la quinta victoria seguida de Tampa Bay.
Su 40mo jonrón fue un batazo que empató el juego en el sexto inning contra el abridor Bryan Woo. Sus impulsadas 99 y 100 le dieron a los Rays una ventaja que no perderían, al volver a la marca de .500 (69-69) por primera vez desde el 29 de julio y quedar a 3.5 juegos de Seattle en la lucha por el último Comodín de la Liga Americana.
“Estamos hablando de esto porque no se ve muy a menudo: 40 y 100”, destacó el piloto Kevin Cash. “Y hacerlo con 22 años es realmente impresionante. Estoy muy contento por él, orgulloso de él y del trabajo que pone”
Caminero celebró el jonrón histórico levantando cuatro dedos hacia el dugout mientras trotaba por la inicial, después de un batazo proyectado por Statcast a 105.2 mph y 390 pies hacia el callejón del izquierdo-central.
Tiene un plan especial para la pelota autenticada, que estaba en su casillero después del juego. Él y su esposa, Francesca, esperan a su primera hija, a la que planean llamar Valentina. La bola le pertenece a ella.
“Cuando crezca”, dijo, “podrá tenerla”.
Sólo cinco bateadores tienen más jonrones que Caminero esta temporada: Cal Raleigh, Kyle Schwarber, Shohei Ohtani, Aaron Judge y el venezolano Eugenio Suárez. Además, está a seis vuelacercas de igualar el récord de la franquicia del quisqueyano Carlos Peña, quien dio 46 en 2007.
“Cuarenta y seis”, exclamó Caminero, sonriendo. “Ya veremos”.
En el séptimo capítulo, su doble de dos carreras ante el zurdo Gabe Speier rompió el empate 4-4 y continuó su asalto a los libros de récords de Tampa Bay. Es apenas el séptimo jugador en la historia de la franquicia con una campaña de 100 impulsadas, y el primero desde Austin Meadows (106 en 2021).
Según Elias Sports Bureau, Caminero es el cuarto jugador más joven en la historia de Grandes Ligas con al menos 40 jonrones en una temporada, detrás de Mel Ott (20 años y 218 días en 1929), el venezolano Ronald Acuña Jr. (21 años y 285 días en 2019) y Eddie Mathews (21 años y 349 días en 1953). Al final de esta campaña, Caminero tendrá apenas 22 años y 85 días.
“Es un jugador especial”, elogió el abridor Drew Rasmussen. “Es increíble verlo día tras día. Realmente es una bendición poder jugar con él”.
Entre los batazos históricos de Caminero, el relevista Kevin Kelly consiguió lo que parecía ser el mayor out del juego.
Recién subido de Triple-A Durham el lunes, Kelly entró en el séptimo episodio con dos outs, las bases llenas y el candidato al JMV de la Liga Americana, Cal Raleigh, en la caja de bateo. Con gran aplomo, lo ponchó en cuatro pitcheos.
Aun así, los Rays necesitaron otra escapada. Con el cerrador Pete Fairbanks no disponible, el derecho Griffin Jax llenó las bases sin outs en el noveno, con Tampa Bay arriba por dos. El zurdo Garrett Cleavinger heredó la situación imposible, permitió sólo una carrera con un elevado de sacrificio y luego dominó a Raleigh con un elevado con dos strikes para terminar el juego.
La bola permaneció en el aire 7.4 segundos, alcanzando unos 200 pies sobre el cuadro. Caminero la llamó como “el elevado más alto” que ha atrapado en su vida. Cleavinger dijo que “pareció una eternidad” mientras Caminero la seguía desde la tierra hasta la grama, llamando la jugada con confianza.
Por supuesto, en una noche de hitos, tenía que ser suya.
“Esa bola fue altísima, y nadie la iba a atrapar más que él”, externó Cash. “Ese es el tipo de jugador que quieres en el terreno”.