En este comienzo de temporada en la NBA, unos Brooklyn Nets en plena reconstrucción luchan por meterse en la pelea de una Conferencia del Este con varios candidatos, pero al menos de momento tienen poca ayuda de uno de sus referentes, el australiano Ben Simmons, quien debería ser la figura de la franquicia.
El movedor tiene los peores promedios de su carrera en lo que va de esta campaña en puntos (5.4) y rebotes (5.9) y también decepcionantes en minutos por juego (24.6) y asistencias (6.6), pero lo más preocupante es que en un roster sin demasiado talento, no es titular y en algunos casos su presencia apenas se nota. Lo peor es que cobra $40 millones de dólares en el último año de su contrato de cinco temporadas, según el sitio Spotrac.
El ejemplo más claro fue en el duelo de la ciudad de New York ante los Knicks, el domingo 17 de noviembre, cuando en 22 minutos sobre la duela falló los tres tiros de campo que intentó para irse con cero unidades en la derrota de su equipo, cuando sí formó parte del quinteto inicial.
Una muestra de la forma en la que se desplomó la trayectoria de un jugador que hace apenas tres años recibió votos para ser el Jugador Más Valioso de la Liga y que desde entonces no encuentra su lugar, sobre todo por su falta de tiro, tanto de media como de larga distancia, en una NBA que ahora depende de ello.
El momento de quiebre para Simmons tiene una fecha exacta: 20 de junio de 2021, cuando los Philadelphia 76ers fueron eliminados en la serie de semifinales de la Conferencia Este por Atlanta Hawks, luego que en el Juego 7 él anotó apenas cinco puntos, a pesar de dar 13 asistencias y recuperar ocho rebotes, ahí comenzó el divorcio con la organización.
Después de brillar en el básquetbol colegial con LSU y ser nombrado All-American, Simmons se convirtió en la primera selección del Draft 2016 de la NBA al ser tomado por Philadelphia, por delante de nombres como Brandon Ingram, Jaylen Brown, Jamal Murray o Domantas Sabonis.
Sin embargo, durante una práctica en septiembre, Ben sufrió una fractura en el pie derecho, que le impidió debutar de manera formal en el profesionalismo, por lo que tuvo que esperar hasta 2017-18.
No obstante, ya sano, la apuesta de Sixers funcionó, Simmons fue nombrado Novato del Año, superando a Donovan Mitchell y a Jayson Tatum y a nivel colectivo, Philadelphia pasó de un récord de 28-54 a uno de 52-30 con boleto a playoffs para caer en las semifinales de Conferencia.
Para 2018-2019 sus números subieron con 16.9 puntos por partido, 7.7 asistencias, 8.8 rebotes y 34.2 minutos, lo que le valió para ser seleccionado al Juego de Estrellas, aunque para la franquicia no hubo mayor diferencia con marca de 51-31 y sin un viaje largo por la postemporada.
En 2019-20, la progresión del australiano se mantuvo, de nuevo fue All-Star, pero además se confirmó como uno de los mejores defensivos de la Liga, fue cuarto en la votación para ese premio y formó parte del tercer equipo ideal de NBA, aunque con otra decepción en las instancias decisivas.
En 2020-21, ya con Doc Rivers como coach, Philadelphia termino como número uno del Este, con 49-23 y Simmons volvió a ser nombrado al All-Star, aunque no vio acción por Covid-19, fue segundo en la votación al Defensivo del Año, por detrás del francés Rudy Gobert y recibió tres votos para MVP, aunque fue 12º, lejos del ganador Nikola Jokic y de su compañero, Joel Embiid, segundo.
En la serie de semifinales ante Hawks su rendimiento estuvo en el ojo del huracán, promedió casi cinco puntos menos que en el enfrentamiento de primera ronda ante Washington Wizards, casi cuatro rebotes menos y sobre todo quedó exhibido porque sólo convirtió 15 de 45 tiros libres y no intentó algún triple.
Tras esa derrota, tanto Embiid como Rivers criticaron a Ben, quien luego pidió ser cambiado y comenzó una disputa con la franquicia, no estuvo en los trabajos de verano y fue castigado por el coach por negarse a ingresar en un entrenamiento, además de recibir millonarias multas.
En febrero de 2022, Simmons consiguió su objetivo al ser enviado a Nets, en un movimiento multitudinario que incluyó a James Harden en el sentido opuesto, aunque como le ocurrió en su estreno en la NBA, no pudo jugar con su nuevo equipo por una lesión en la espalda, que lo obligó a pasar por el quirófano.
Su estreno ocurrió hasta octubre de 2022, aunque su rendimiento estuvo marcado por molestias de rodilla y espalda, participó en 42 juegos, pero tuvo un promedio de 6.9 unidades, la mitad de su última temporada en Philadelphia y mantuvo sus dificultades desde la línea de libres y sin triples.
La 2023-24 siguió un guión similar, aquejado por los problemas en la espalda, el australiano apenas disputó 15 partidos, con sus estadísticas más bajas en minutos (23.9), puntos (6.1) y asistencias (5.7), incapaz de ayudar a unos Nets que no calificaron y carecieron de una figura en el roster.
En este comienzo de campaña, Simmons ha sido más constante, pero apenas supera los 24 minutos por encuentro, menos de seis unidades, siete asistencias y seis rebotes, en una escuadra que lo tiene como la tercera opción de armador, detrás de Dennis Schroder y Keon Johnson y la segunda en el centro, tras Nic Claxton.
“Creo que la gente se olvida de mí, cuando estoy sano puedo jugar básquetbol, soy bueno ¿no?, se trata de ser consistente en eso y mantenerme sano, mejorar cada día y quedarme en el gimnasio con mis compañeros”, dijo Simmons durante la pretemporada, de cara al final de su contrato.
Un acuerdo que firmó en julio de 2019, cuando todavía estaba en Philadelphia por cinco años a cambio de $177 millones de dólares, por lo que actualmente gana alrededor de $40 millones, la cifra más alta en la escuadra, por delante de Claxton o de Cam Thomas, quien es el líder de Brooklyn en puntos con 24.2 y es un arma al ataque con 38.5 por ciento de triples y 87.1 de tiros libres, que obtiene una décima parte del salario de su compañero y será agente libre restringido en 2025.
El vestidor necesita recuperar a Simmons, como lo expresó el nuevo coach, Jordi Fernández: “quiero que tire más, mi meta para él son 10 (disparos por juego), tiene que encontrar la forma de lograrlo, todavía no lo hace (promedia 4.8), pero sé que lo puede conseguir, esos intentos deben ir al alza, es capaz de eso”.
En caso de no conseguirlo, al menos en Brooklyn buscarían un cambio para deshacerse de su alto salario y consolidar una reconstrucción esperada después del paso de varias figuras por ese vestidor sin que los resultados se modificaran, aunque encontrar un interesado será complicado.
Porque el caso de Simmons es el de una estrella que se apagó a la vista de todos, luego de cuatro años de ensueño con los Sixers, nada ha sido igual desde la eliminación ante Hawks en 2021 debido a su actitud fuera de la duela y las lesiones que no dejan de perseguirlo.
Hace menos de una década era la primera selección del Draft, en 2021 fue el segundo mejor defensivo de la Liga y ahora es suplente en un equipo atascado en la mitad de la tabla del Este y con actuaciones como la del cero ante Knicks, que confirman su dificultad para adaptarse a las nuevas ofensivas de la NBA.
Aunque a su excompañero Embiid, con el que estará ligado por siempre, tampoco le va bien en este arranque de campaña con Philadelphia, la caída del australiano ha sido dramática y no encuentra la forma de salir de la espiral negativa, un talento que podría acercarse al retiro apenas a los 28.