El clubhouse de los Yankees tenía el aroma festivo de siempre, con champaña y cerveza salpicando las paredes la noche del martes mientras el equipo celebraba con júbilo su regreso a la postemporada. El panameño José Caballero levantaba con orgullo un cinturón de campeonato adornado con joyas, símbolo del batazo decisivo que aseguró el boleto a la gran fiesta.
Aaron Judge sonreía ampliamente en medio de un círculo frenético de compañeros, que coreaban “¡M-V-P!” mientras empapaban al capitán con agua fría. Y Jazz Chisholm Jr. expresó lo que resulta evidente para cualquiera que haya seguido al equipo en el último año: esperan que esta celebración sea sólo la primera de varias.
“Queremos ganar la división. Esto no se acaba aquí”, exclamó Chisholm tras la victoria 3-2 sobre los White Sox con la que los Yankees sellaron su pase a playoffs con un batazo decisivo en el Yankee Stadium. “Este es apenas un paso pequeño. El segundo es ganar la división, y el tercero es ganar la Serie Mundial”.
El título del Este de la Liga Americana todavía está al alcance, con los Yankees recortando a 1.0 juego la ventaja de los Azulejos, con cinco partidos restantes (Toronto tiene a su favor el criterio de desempate). Pero por ahora, los Bombarderos ya dieron su golpe de autoridad: estarán presentes cuando más importa.
“Ese sigue siendo nuestro objetivo”, aseguró Judge, con los lentes empañados mientras la música retumbaba de fondo. “Desde el primer día de los Entrenamientos de Primavera, queríamos ganar la división. Si hacemos nuestro trabajo esta última semana, creo que estaremos donde queremos estar”.
Caballero, adquirido en la Fecha Límite de Cambios desde los Rays, aportó atletismo y versatilidad, y esta vez fue el héroe tras una batalla de nueve pitcheos en la que se repetía: “Tengo que cumplir con el trabajo”.
Conectó un sweeper de Steven Wilson que cayó de hit frente al jardinero central Michael A. Taylor, lo que permitió a Judge anotar desde segunda la carrera de la victoria.
“Es increíble. Es la mejor sensación que he tenido”, externó Caballero, aferrado al cinturón como si se lo fuera a llevar a casa. “Sabía que íbamos a asegurar la postemporada, pero no imaginé que sería de esta manera”.
Los Yankees estaban abajo por una carrera al llegar al noveno inning. Anthony Volpe y Austin Wells comenzaron la entrada con sencillos ante Brandon Eisert. Después de un rodado para doble play, Judge recibió base por bolas intencional y Cody Bellinger negoció un pasaporte en un lanzamiento descontrolado que permitió anotar a Volpe.
“Siempre les digo a los muchachos: los buenos siempre ganan al final”, comentó Judge. “Habrá momentos buenos y malos en el camino, pero al final lo sacaremos adelante. Creo que todos en este grupo creen los unos en los otros”,
Wells había conectado un doble impulsor en el segundo inning para respaldar al derecho Luis Gil, quien lanzó cinco capítulos en blanco antes de permitir un jonrón de dos carreras de Colson Montgomery en el sexto.
Con la victoria, los Yankees vuelven a la postemporada por octava vez en las últimas nueve temporadas, impulsados por un registro de 27-12, el mejor de Grandes Ligas desde el 11 de agosto.
El mánager Aaron Boone reconoció que “ha sido un año desafiante, sin duda”. Pero destacó la buena salud y mentalidad que ha mostrado el club en las últimas semanas.
“Siento que nuestro mejor béisbol estaba por delante de nosotros, y espero que todavía lo esté”, dijo Boone. “Creo que somos un muy buen equipo. Eso no garantiza nada, pero confío en nuestras posibilidades contra cualquiera. Nunca sabes lo que va a pasar una vez que entras, pero siento que llegamos con confianza”.
Es la 60ma participación en playoffs en la historia de la franquicia, la mayor cifra en el béisbol por amplio margen; los Dodgers son los más cercanos, con 39 presentaciones.
“Esto es apenas el comienzo”, reiteró Caballero. “Vamos por todo, hombre. Vamos por el trofeo”.
En efecto, esta clasificación lleva consigo un aire de cuentas pendientes. Chisholm recordó que “aún se siente como ayer” cuando vieron a Los Ángeles celebrar un título de Serie Mundial en el mismo campo donde el martes arroparon a Caballero.
Estos Yankees están decididos a escribir un final distinto. Y ahora tendrán la oportunidad.
“Todos en este clubhouse tienen la mentalidad correcta. Están hambrientos”, culminó Judge. “Queremos que los Yankees vuelvan a estar en la cima”.
Guardianes aprovechan alocado sexto inning para alcanzar a Tigres en la cima
- A una semana del inicio de la postemporada, lo que podría ser un adelanto se vivió en medio de un ambiente digno de playoffs la noche del martes en el Progressive Field, donde arrancó una serie crucial de tres juegos entre los Guardianes y los Tigres.
Una bulliciosa multitud de 29,571 aficionados llenó el estadio mientras Cleveland y Detroit comenzaban una serie que muy bien podría definir al campeón de la División Central de la Liga Americana esta temporada. Los Guardianes hicieron su parte con una victoria de 5-2, empatando con los Tigres en la cima divisional.
Es la primera vez desde el 22 de abril que los Guardianes comparten el liderato de la división. Más importante aún para ambos equipos, Cleveland se aseguró la serie particular ante Detroit, lo cual servirá como primer criterio de desempate si terminan con el mismo récord tras el Juego 162 este fin de semana. Los Guardianes --que el 9 de julio estaban 15.5 juegos detrás de Detroit en la división-- barrieron a los Tigres en el Comerica Park del 16 al 18 de septiembre.
Los Tigres comenzaron con fuerza gracias a su as Tarik Skubal, quien mantuvo en blanco a los Guardianes durante cinco entradas, y Detroit parecía bien posicionado cuando un jonrón en solitario de Riley Greene ante Gavin Williams en la sexta entrada les dio ventaja de 2-0.
Pero Cleveland respondió en la parte baja del episodio con una típica entrada al estilo de los Guardianes, anotando tres carreras sin sacar la bola del cuadro.
Steven Kwan abrió con un toque de hit. Luego, el dominicano Ángel Martínez también tocó la bola y llegó a salvo gracias a un error en tiro de Skubal, quien intentó lanzar entre las piernas y hacia atrás como un centro de fútbol americano hacia el inicialista Spencer Torkelson. El quisqueyano José Ramírez siguió con un sencillo productor dentro del cuadro. Martínez anotó después por un lanzamiento descontrolado de Skubal, y Ramírez cruzó el plato con un rodado impulsor del venezolano Gabriel Arias.
Martínez y Ramírez anotaron tras un momento escalofriante. Luego de que Ramírez se embasó, David Fry intentó tocar la bola y fue golpeado en el rostro por una recta de cuatro costuras a 99.9 mph. Fry permaneció varios minutos tendido sobre el terreno antes de ser retirado en camilla, sosteniendo una toalla sobre su cara. Actualmente está siendo evaluado en el Lutheran Medical Center.
D-backs dejan tendidos a Dodgers y mantienen vivo el sueño del Comodín
Los Diamondbacks vinieron de atrás para vencer 5-4 a los Dodgers la noche del martes y mantener vivas sus esperanzas de quedarse con el último puesto del Comodín en la Liga Nacional.
La victoria, combinada con el triunfo de los Mets y la derrota de los Rojos, deja a Arizona empatado con Cincinnati, ambos equipos a 1.0 juego de los Mets, quienes actualmente poseen el tercer Comodín con cinco encuentros por disputar.
Arizona tiene a su favor el criterio de desempate frente a los Mets, pero no ante los Rojos.
Geraldo Perdomo impulsó la carrera de la victoria con un sencillo al jardín izquierdo con dos outs que llevó a Tim Tawa desde la intermedia.
Veamos algunos de los momentos clave que llevaron a ese desenlace:
Sacar a Ohtani del juego
Shohei Ohtani abrió por los Dodgers y estuvo brillante durante seis entradas en blanco, permitiendo cinco hits, con ocho ponches y sin otorgar bases por bolas.
En la reunión de bateadores previa al juego, los D-backs hablaron de lo difícil que era enfrentar a Ohtani, pero su meta era mantener el juego cerrado y elevar su conteo de lanzamientos, con la esperanza de sacarlo relativamente temprano.
Ohtani necesitó 72 envíos para completar cinco innings, pero Arizona lo hizo trabajar en el sexto, llevándolo a 91 lanzamientos y obligándolo a dejar el partido
El ajedrez en el séptimo
El zurdo Jack Dreyer inició el séptimo por los Dodgers y, con dos outs, permitió un doble impulsor de James McCann.
Con un corredor en segunda, tocaba batear el zurdo Jake McCarthy. El mánager de Arizona, Torey Lovullo, no quería ese duelo de zurdo contra zurdo.
Lovullo sabía que el derecho venezolano Edgardo Henríquez calentaba en el bullpen y que Dave Roberts lo traería si él usaba como emergente al derecho Jordan Lawlar por McCarthy.
Roberts hizo exactamente eso, y Lovullo entonces contrarrestó con el movimiento que quería desde un principio, enviando al zurdo Adrián Del Castillo a batear por Lawlar.
“Sé que Henríquez no se mide bien contra zurdos”, dijo Lovullo. “Mientras se daban los movimientos, ése era el enfrentamiento que yo pensaba que íbamos a tener, y era el que yo quería. Y funcionó”.
Vaya que funcionó, ya que Del Castillo conectó un jonrón de dos carreras para acercar a Arizona 4-3.
La remontada en el noveno
Roberts recurrió al cerrador en apuros Tanner Scott para iniciar el noveno, y de inmediato el zurdo se complicó: golpeó al venezolano Ildemaro Vargas y regaló base por bolas a Tawa en cuatro pitcheos.
Eso trajo al plato al receptor James McCann, quien tenía algo que demostrarle a Lovullo. Semanas atrás, el piloto lo había sustituido con la idea de que necesitaba a alguien que supiera tocar la bola.
Desde entonces, McCann insistió en que él también podía tocar, así que con corredores en primera y segunda, Lovullo le dio la seña.
McCann falló dos toques contra sliders, y Lovullo, que no suele presionar a sus bateadores con toques en dos strikes, le quitó la seña.
“Yo ya estaba mentalmente decidido a que iba a lograr el toque”, externó McCann.
Así que, aunque la seña estaba retirada, McCann tocó el siguiente lanzamiento, otro slider que ni se acercaba a la zona de strike. Ambos corredores avanzaron y el venezolano Jorge Barrosa conectó elevado de sacrificio para empatar el juego antes de que Perdomo conectara el hit de oro.
“Creo que hay ciertos muchachos con los que he jugado en mi carrera que, cuando vienen a batear en un momento grande, no querría a nadie más en esa situación”, destacó McCann. “Perdomo es uno de ellos”.
A cinco juegos del final de una temporada que parecía perdida, los D-backs siguen con vida.
Marineros aprovechan el momento y vienen de atrás para sellar pase a playoffs
La seriedad con la que Ichiro Suzuki dio su mensaje a los Marineros fue recibido de la mejor manera, porque personificó exactamente lo que estaba presente en sus mentes tras dolorosos finales en cada una de sus últimas campañas.
“Aprovechar el momento”, dijo Suzuki en la cueva del T-Mobile Park en un domingo de agosto, durante un extenso discurso celebrando su exaltación al Salón de la Fama.
Esas palabras se han desarrollado en la frase simbólica para estos últimos partidos del 2025 y el martes, se convirtió en una gran pancarta sobre el bosque izquierdo. Sin embargo, a un nivel diferente, la frase de Suzuki se ha personificado con el desempeño del equipo durante este camino a la clasificación.
Y el club de Seattle oficialmente dio la cara, consiguiendo su primera hazaña rumbo a lo que pretenden que sea un largo camino en octubre.
Los Marineros sellaron su pase a la postemporada --al menos-- con uno de los Comodines de la Liga Americana tras una dramática victoria por 4-3 contra los Rockies. Y la gran remontada recalcó la frase de Suzuki, con Josh Naylor dando un doblete que limpió las bases con dos outs en el cierre del octavo episodio luego de estar abajo durante gran parte del encuentro.
“Resonó muchísimo, muchísimo”, dijo el dominicano Julio Rodríguez, quien tiene el vínculo más cercano con Ichiro dentro del clubhouse de los Marineros. “Siento que necesitábamos tomarnos esos momentos. Incluso hoy, íbamos perdiendo tarde en el juego, pero todavía teníamos la energía para salir y conseguirlo”.
Naylor, la valiosa adquisición de los Marineros en la Fecha Límite de Cambios, atacó una recta de 97.7 mph en conteo de 2-0 y la envió con fuerza al hueco entre el jardín izquierdo y central, impulsando a Luke Raley (quien abrió el inning como emergente tras recibir un pelotazo), J.P. Crawford (quien negoció un boleto con un out) y Rodríguez (golpeado por un lanzamiento con dos outs).
Apenas lleva dos meses en Seattle y será agente libre al final de la temporada, pero Naylor sigue ganándose el cariño de los fanáticos y compañeros, y ahora quedará para siempre en el archivo de grandes momentos de la franquicia, como pieza central de la clasificación a apenas la sexta postemporada en su historia.
“Queremos hacerlo todo, y al final, la grande, con un bonito desfile por la ciudad”, externó Naylor.
Los Marineros han ganado 15 de sus últimos 16 juegos, una racha que sólo han logrado dos veces en la historia de la franquicia, ambas terminando en clasificaciones (2001, 2022).
Han ganado con dominio total, como la barrida del fin de semana en Houston, o con remontadas como la del martes pese a tener solo tres hits, y de todas las maneras posibles. Por la variedad en sus triunfos, son quizá el equipo más encendido del béisbol en este momento, junto con Cleveland, que ha ganado 16 de sus últimos 18, alcanzando su punto más alto en el momento perfecto.
“No hemos terminado todavía”, aseguró Cal Raleigh. “Obviamente, disfrutaremos este momento, celebraremos. Pero, como dije, tenemos cosas más grandes por delante”.
El champán se descorchó en el clubhouse local con liberación total, después de que los Marineros se quedaran cortos de las expectativas en 2023 y 2024, siendo el primer equipo fuera de los playoffs. Pero si todo sale como planean, será la primera de dos celebraciones en un lapso de 24 horas, ya que Seattle tiene en la mira ganar el Oeste de la Liga Americana, algo que podría concretar tan pronto como el miércoles con otra victoria o una derrota de Houston, tras el tropiezo de los Astros ante los Atléticos.
Durante este tramo de 15-1, los Marineros han logrado un giro de 8.5 juegos en la tabla divisional, pasando de estar a 3.5 juegos detrás a colocarse cuatro arriba, además de tener a su favor el criterio de desempate sobre Houston, asegurado el fin de semana pasado.
“Es como escalar una montaña, y estos muchachos ya están en el ascenso final”, manifestó el piloto Dan Wilson, repitiendo lo que expresó en su discurso después del partido que desató la ducha de champán.
Más allá de buscar su primer título divisional desde la temporada de novato de Ichiro en 2001, cuando Wilson también era el receptor del club, los Marineros tienen aún más en juego en estos últimos cinco partidos: la posibilidad de mantener el puesto número 2 de la Liga Americana, con el pase directo a la segunda ronda y la ventaja de local en la Serie Divisional.
Porque si algo han demostrado en esta remontada en la segunda mitad, es que serán un rival muy complicado en el T-Mobile Park, donde han ganado nueve en fila y tienen, por mucho, el mejor récord de MLB desde el Juego de Estrellas (24-6).
“Queremos estar en la mejor posición cuando llegue el momento de decidir los playoffs”, dijo J-Rod. “Queremos jugar en casa”.
Los derrumbes que hundieron a Seattle en las dos temporadas pasadas han estado presentes en la mente de los jugadores durante todo el año, especialmente cuando fueron golpeados en consecutivas giras por la Costa Este en agosto, con una racha de 3-13 que puso en peligro sus aspiraciones de postemporada.
Se convocó a una reunión de equipo en Tampa el 2 de septiembre, donde hablaron con franqueza sobre la urgencia de no permitir que su historia reciente --y poco favorecedora-- se repitiera.
Básicamente, fue un llamado a aprovechar el momento en lugar de dejarlo pasar. Y cumplieron su primer gran objetivo de manera contundente, como un anticipo de lo que podría venir.