El Ministerio de Exteriores surcoreano aseguró este miércoles que Estados Unidos no ha solicitado la transferencia de propiedad de las bases que utiliza en Corea del Sur, después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, dijera que le gustaría que Washington tuviera «la propiedad» de esos terrenos.
«No ha habido tal solicitud», dijo el Ministerio de Exteriores a EFE, pese a las declaraciones de Trump realizadas durante su cumbre en Washington, el día anterior, con el presidente surcoreano, Lee Jae-myung.
«Me gustaría ver si podemos deshacernos del arrendamiento y obtener la propiedad del terreno donde tenemos una enorme base militar» dijo Trump a Lee, en aparente referencia al Camp Humphreys, en Pyeongtaek, la mayor base militar estadounidense en el extranjero, en Pyeongtaek, a unos 100 kilómetros de la frontera con Corea del Norte.
La cuestión se enmarca en el debate sobre la «modernización de la alianza», que incluye la postura de «flexibilidad estratégica» de los 28.500 soldados de las Fuerzas Estadounidenses estacionadas en Corea del Sur (USFK).
Bajo el nuevo enfoque, las USFK ya no se limitiaría solo a disuadir a Pionyang, sino que también harían frente a posibles contingencias en torno a China y Taiwán.
En virtud del Acuerdo sobre el Estatuto de las Fuerzas (SOFA), Corea del Sur concede a EE.UU. el uso de las instalaciones y terrenos para fines militares, sin que ello implique arrendamiento ni transferencia de soberanía. Una vez que dejan de ser necesarios, los espacios se devuelven a Corea del Sur.
La Cancillería agregó que Corea del Sur ofrece diversos apoyos directos e indirectos para garantizar un entorno estable de estacionamiento de las tropas estadounidenses, incluida la cesión gratuita de terrenos para las bases militares»
«Convertir la tierra en propiedad estadounidense restringiría la flexibilidad estratégica de las USFK y técnicamente iría contra los propios intereses de Washington», dijo Park Won-gon, profesor del Departamento de Estudios sobre Corea del Norte de la Universidad Femenina Ewha, según fue citado en un análisis del diario local The Korea Herald.
Añadió que los comentarios de Trump deben leerse como presión negociadora para que Seúl eleve su contribución en los gastos compartidos para el mantenimiento de las USFK.
Seúl se comprometió a pagar en 2026 unos 1,52 billones de wones (unos 1.100 millones de dólares), con incrementos anuales ligados a la inflación hasta 2030. La cifra supone un 8,3 % más que este año.
Sin embargo, Trump ha insistido en que Corea del Sur debería aportar mucho más, llegando a afirmar que podría haber conseguido «hasta diez veces» más que lo acordado con la previa Administración estadounidense.