Con una médica con formación militar al frente del Ministerio de Educación, el presidente Nayib Bukele busca un cambio radical en la educación de El Salvador, aplicando a los estudiantes reglas de orden como acudir a la escuela con uniformes limpios y un corte de cabello adecuado.
Bukele sorprendió a todos al nombrar ministra a la capitana de las Fuerzas Armadas, Karla Trigueros, quien como primera acción emitió una normativa con la que dijo que busca fortalecer la disciplina en los centros educativos públicos, que en el pasado fueron el germen de las temibles pandillas que por más de tres décadas aterrorizaron a los salvadoreños.
Trigueros envió esta semana un memorando a todos los directores de escuelas e institutos “para que asuman su rol como modelos de orden y disciplina” al tiempo que ordenó que los estudiantes se presenten cada día en la escuela con uniforme limpio, el cabello cortado y saludando respetuosamente a los docentes.
Estas reglas ya existían en El Salvador, pero con el tiempo se dejaron de cumplir y algunos maestros tenían miedo de disciplinar a los estudiantes, lo que se agravó con la aparición de las maras o pandillas que prácticamente llegaron a controlar las escuelas.
En los últimos meses las autoridades han denunciado intentos de organizar grupos de pandillas en centros educativos, lo que los llevó en junio a la captura de por lo menos 40 estudiantes de tres institutos públicos de la capital.
Según la fiscalía, los jóvenes aprehendidos amedrentaban a otros estudiantes. Además, afirma que cuenta con testimonios sobre “agresiones sexuales, consumo de drogas y agresiones físicas a los compañeros de clases y de otras instituciones”.
Un sindicalista docente expresó su acuerdo con la decisión del gobierno, pero señaló que primero hay que armonizar las leyes de protección de niños y adolescentes que, aseguró, no les permiten imponer disciplina en las escuelas.
“Muchos profesores, en el afán de lograr orden y disciplina en los centros educativos, fueron denunciados y muchos de ellos fueron sancionados”, manifestó el secretario de organización del Sindicato de Maestras y Maestros de la Educción Pública de El Salvador, Paz Zetino Gutiérrez.
El nombramiento de una militar al frente del ministerio provocó revuelo en el país. Bukele respondió en X que “para construir El Salvador que soñamos está claro que debemos transformar por completo nuestro sistema educativo”.
En un colegio en San Salvador las puertas abrieron y al frente estaban el director y varios profesores. Los estudiantes formaron fila y de uno en uno pasaron frente a los maestros, a los que saludaron respetuosamente mientras éstos hacían una inspección del uniforme y del cabello.
La mayoría pasó la revisión, pero algunos fueron separados momentáneamente para recibir una charla con el propósito de enfatizar sobre la importancia de la disciplina.
“A mí me llamaron la atención porque no traía la insignia (de la escuela) en la bolsa de la camisa y me comprometí a traerla mañana”, relató a periodistas un estudiante que se identificó como Juan. “Yo pensé que no era tan serio esto y me puse otra camisa”, agregó el joven.
En el Complejo Educativo Concha Viuda de Escalón, en la capital salvadoreña, los padres aprobaron las disposiciones.
“Siento que está bien, así se van ordenando desde chiquitos”, dijo María Barrera después de supervisar el ingreso de su hijo.
“Yo no sabía, pero mi hijo venía limpio, aunque un poco peludo. Hoy lo llevo al peluquero. Vamos a cumplir porque es bueno”, manifestó Josefina Segovia.
La abogada de derechos humanos Jayme Magaña criticó las nuevas medidas alegando que debido a la situación económica algunos padres no podrán cumplirlas. “Si las mamás no tienen para pagar la barbería, si no cae el agua en sus casas, sin electricidad para planchar, los zapatos no se los han dado, ubíquese ministra”, escribió Magaña en X.
Al menos dos alcaldías están ofreciendo cortes de cabello gratuitos para apoyar a las familias de los estudiantes mientras las peluquerías siguen abarrotadas.
“Ya no pueden llegar a la escuela con el pelo largo, ni cortes con dibujos”, dijo Juan Escamilla, quien trabaja en una peluquería del municipio de Santa Tecla, en la periferia oeste de la capital. “Como es un corte sencillo cobramos tres dólares”, explicó.