La Capilla Sixtina del Palacio Apostólico de la Ciudad del Vaticano, cerrará al público a partir del lunes como parte de los preparativos para el Cónclave, el proceso en el que los cardenales se reunirán para elegir al sucesor del papa Francisco, fallecido este lunes a los 88 años. Este cierre marca el inicio formal de una de las ceremonias más importantes y secretas de la Iglesia Católica.
Mientras tanto, la basílica de San Pedro continúa recibiendo a miles de fieles que quieren despedirse del pontífice. Este jueves se espera una afluencia aún mayor que la del miércoles, cuando más de 45.000 personas pasaron frente a su ataúd, colocado a los pies del baldaquino central del templo.
Para controlar el flujo de personas y garantizar la seguridad en estos días clave, el gobierno italiano ha desplegado un amplio operativo de seguridad en Roma. La ciudad se prepara para recibir a centenares de miles de personas, coincidiendo con un fin de semana largo por un feriado nacional.
Entre las figuras internacionales confirmadas para asistir al funeral del papa Francisco, se encuentran el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky, el presidente argentino, Javier Milei, y el príncipe William del Reino Unido.
Tras la ceremonia fúnebre, el cuerpo del papa será trasladado a la basílica de Santa María la Mayor, uno de los lugares que más frecuentó durante su pontificado, donde será sepultado de acuerdo con su voluntad: en una tumba sencilla, alejada del boato vaticano.