El funeral del papa Francisco, fallecido el lunes a los 88 años, se celebrará el sábado 26 de abril en la Plaza de San Pedro, y contará con la asistencia de decenas de jefes de Estado y dignatarios internacionales, conforme al protocolo reservado a quien, además de pontífice, era jefe del Estado Vaticano.
Ya han anunciado su presencia figuras clave del escenario internacional. Entre ellos se encuentran lel presidente de Estados Unidos, Donald Trump y su esposa Melania, los reyes de España, Felipe VI y Letizia, cuya participación fue confirmada por la Casa Real. También lo hará el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien declaró que asistir a las exequias del papa es “como debe ser”.
También confirmó el presidente de Brasil, Luz Inacio (Lula) Dasilva y otros han empezado a confirmar luego de que El Vaticano anunciara la fecha del sepelio del papa Francisco.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha cancelado todos sus compromisos internacionales del fin de semana, incluyendo viajes a Uzbekistán y Kazajistán, para estar presente en la ceremonia.
Desde Ucrania, el presidente Volodímir Zelenski expresó su intención de asistir. También ha confirmado su presencia la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien encabezará la delegación comunitaria.
Un funeral de jefe de Estado
Aunque el papa Francisco fue líder religioso de la Iglesia Católica, también ejerció como jefe del Estado Vaticano, razón por la cual el protocolo vaticano contempla el envío de invitaciones formales a los jefes de Estado y de Gobierno, quienes pueden asistir sin necesidad de confirmación pública previa.
Esta dualidad explica por qué los funerales de un papa adquieren una magnitud internacional sin parangón: se trata de un acto litúrgico con profunda carga espiritual, pero también de un evento diplomático de primer nivel.
Desde su elección en 2013, el papa Francisco desarrolló un pontificado con fuerte vocación internacional, siendo uno de los líderes religiosos más influyentes del mundo moderno. Su visión del cristianismo comprometido con los pobres, el diálogo interreligioso, el medio ambiente y la paz, le ganó respeto más allá de los confines del catolicismo.
Durante sus años como papa, recibió en el Vaticano a decenas de mandatarios, participó activamente en foros internacionales y se convirtió en voz moral frente a temas globales, desde el cambio climático hasta los conflictos armados.