El panameño Mariano Rivera podría enfrentar un nuevo proceso legal en los Estados Unidos. Esta vez, junto con su esposa Clara, ha sido demandando ante la Corte Suprema de Nueva York, por la supuesta comisión de actos de negligencia y encubrimiento, en relación con casos de abuso sexual.
La demanda fue presentada el pasado 16 de enero por la firma legal Horowitz Law contra la iglesia Refuge of Hope (Refugio de Esperanza), señalando que tanto el exlanzador de las Grandes Ligas como su esposa «no tomaron medidas adecuadas para proteger a una menor», identificada dentro del proceso como «Jane Doe», de sufrir presunto abuso sexual, por parte de dos individuos asociados con la iglesia, regentada por los esposos Rivera.
Según se indica en la demanda, la situación de supuesto abuso sexual habría comenzando en el año 2018, cuando «Jane Doe» fue enviada a un evento de verano organizado por la iglesia Ignite Life Center, donde fue supuestamente violada por una mujer mayor de edad.
Los abogados acusadores aseguran que tanto Mariano como Clara fueron informados de lo que presuntamente había ocurrido; sin embargo, no actuaron para detener a la agresora, sino que «intimidaron a Jane Doe para que guardara silencio de lo ocurrido».
Otro aspecto de la demanda revela que «Jane Doe» habría sido abusada sexualmente por un hombre identificado como Rubén Tavárez Jr, hijo de un pastor de la iglesia de los esposos Rivera, quien supuestamente la acosaba con mensajes en medios electrónicos.
De acuerdo con informes conocidos en Nueva York, la iglesia Ignite Life Center, vinculada con la de los esposos Mariano y Clara Rivera, ha visto la detención de tres de sus líderes: Gabriel Hemenez, Christian Vargas, y Noel Cruz, quienes fueron arrestados recientemente, señalados por supuestos casos de abuso sexual contra menores de edad.
Según los abogados de la firma legal Horowitz Law, los tres detenidos eran líderes o hijos de pastores de las dos iglesias, lo que aseguran, muestra «un patrón de conducta en modo de encubrimiento» por parte de sus rectores, a fin no quedar expuestos a la opinión pública, y a enfrentar la pérdida de respaldo económico de feligreses y organizaciones sociales.