La República Dominicana está a la cabeza del crecimiento del PIB en América Latina, con una tasa media anual de crecimiento de aproximadamente el 5% desde la década de los setenta. Este país Caribeño ha avanzado notablemente en la reducción de la pobreza y la mejora de los niveles de vida. Si se alcanzara el grado de inversión de los bonos soberanos, el progreso se aceleraría aún más, al generarse un descenso de las tasas de interés, un aumento de los flujos de capital y una expansión de la base de inversionistas. Además, esto también reduciría los costos de financiamiento del sector privado e impulsaría el crecimiento potencial de la economía.
Las tasas de interés sobre la deuda pública son altas en comparación con las de otros países equiparables, en particular los que tienen grado de inversión. Estas elevadas tasas de interés conllevan a una menor cantidad de recursos destinados a la infraestructura, a los servicios sociales y a aumentar la resiliencia de la economía ante el cambio climático, un importante riesgo para el país. El alto nivel de deuda pública (o pagos de intereses) en relación con unos bajos ingresos tributarios—lo que se conoce como asequibilidad de la deuda—supone un riesgo clave que limita la calificación crediticia y contribuye a que las tasas de interés sean altas. Este es el motivo por el que varias reformas, sobre todo del sistema tributario, serán clave. Una reforma tributaria integral podría ayudar al país a aumentar los ingresos y obtener la calificación de grado de inversión.
MAYORES INGRESOS TRIBUTARIOS
Los ingresos tributarios están limitados por el alto nivel de exenciones y un elevado umbral sobre el cual se aplica el impuesto sobre la renta de las personas físicas. Racionalizar los incentivos y las exenciones fiscales —que conjuntamente suponen alrededor del 5% del PIB o un tercio de todos los ingresos tributarios— también es fundamental a la hora de simplificar el sistema impositivo y reducir la evasión fiscal.
Un aumento permanente de los ingresos tributarios de por lo menos del 2 por ciento del PIB permitiría un incremento sostenible del gasto público productivo relacionado a la inversión pública y a gastos sociales, lo que a su vez contribuiría a mejorar la productividad y el consumo privado, al tiempo que se reducirían la desigualdad y la pobreza.
En general, una reforma tributaria integral podría aumentar el nivel del PIB en aproximadamente el 1 por ciento al cabo de 10 años y el 2 por ciento al cabo de 30 años (véase el gráfico).