Los Mets están acostumbrados a terminar decepcionados en los juegos sin hit de carreras. Antes de que el venezolano Johan Santana completara uno en el 2012, la franquicia había tenido 50 campañas sin un solo no-hitter a su favor… y no por falta de intentos. Tom Seaver, por ejemplo, llegó tres veces al noveno episodio sin permitir hits, pero no pudo completar uno sino años más tarde cuando estaba con los Rojos.
Ciertamente, el club tiene una relación complicada con los no-hitters, una historia que continuó el lunes por la noche en el Citi Field, donde el dominicano Luis Severino llegó al octavo tramo sin permitir imparable alguno. En ese capítulo, el derecho no sólo perdió el intento de un no-hitter, sino que le voltearon el partido al club, en una eventual derrota 3-1 ante los Cachorros.
El intento de Severino fue el número 21 en la historia de la franquicia en la que un lanzador llega al menos hasta el séptimo capítulo sin permitir imparables, ubicándose junto con nombres como los de Seaver, Dwight Gooden, David Cone y otros. Los Mets han perdido cinco de esos juegos.
“Apesta”, expresó el boricua Edwin Díaz, quien permitió el cuadrangular de dos carreras del dominicano Christopher Morel que le dio la vuelta al marcador. “Mira, lanzó un gran juego”.
Durante la mayor parte del compromiso, Severino no sólo estuvo dominante, sino eficiente. De hecho, cuando completó seis entradas, el dominicano sólo había hecho 69 lanzamientos. Los Cachorros habían puesto 15 pelotas en juego y sólo tres habían sido conexiones de fuerza.
“Estuvo muy bien”, dijo el campocorto de los Cachorros, Dansby Swanson. “Estaba tirando fuerte y de alguna manera, la pelota se le estaba moviendo más allá de la velocidad”.
Severino estaba trabajando tan rápido que Díaz, quien normalmente pasa los primeros episodios en la cueva o en el dugout, tuvo que correr hacia el bullpen entre los innings medios.
Sin embargo, ese esfuerzo terminó cuando Severino lanzó una recta en la esquina de adentro ante Swanson, cuyo bate se rompió con el swing, produciendo un elevadito que no pudo atrapar el torpedero puertorriqueño Francisco Lindor.
Luego entró al partido Díaz y llegó el jonrón de Morel, quien hizo que Severino ingresara al club de Seaver, Randy Tate, Ron Darling y el dominicano Pedro Martínez como los monticulares de los Mets en lanzar al menos siete entradas sin hits en un partido que terminó perdiendo su equipo.
Y así fue escrito un nuevo capítulo de la mala fortuna de los Mets con los no-hitters.