El último año y medio para Miguel Ángel Sanó no ha sido fácil. De pronto, después de ser parte integral de la estructura de unos históricos Mellizos del 2019, que impusieron en su momento la marca de más cuadrangulares en una misma temporada en la historia de Grandes Ligas, el dominicano se vio fuera de la Gran Carpa.
Y luego, después de pensar que sería un momento pasajero, las oportunidades no llegaban. Era el momento de verse al espejo. Sanó sabía que debía cambiar varias cosas. Sin embargo, el cañonero supo exactamente qué debía hacer para encontrarse de nuevo en camino a las Mayores. Pero, de nuevo, no fue un camino fácil.
“Fue una preparación fuerte, pero positiva”, expresó Sanó. “Dejé de hacer muchas cosas que me gustaban, incluso dejé de compartir con mi familia. Me puse a entrenar fuerte por dos años. Me alejé de las redes sociales. Sólo me enfoqué en el día a día. Fue un poquito duro, pero a la vez estás viendo resultados”.
El cañonero llegó a un acuerdo de liga menor con los Angelinos el pasado 1ro de febrero, pero hizo el equipo grande luego de empalmar cuatro vuelacercas e impulsar 11 carreras en 23 juegos de pretemporada.
Sanó pasó rápidamente de ser la posible cara de un equipo de Grandes Ligas a verse fuera del béisbol organizado.
El dominicano fue convocado al Juego de Estrellas en el 2017 y terminó en el tercer lugar de la votación para Novato del Año de la Liga Americana en el 2015. Sin embargo, su mejor año fue aquel del 2019, cuando impuso topes personales con 34 jonrones y 79 empujadas, bateando .247/.346/.576 con OPS de .923 y OPS+ de 139. Durante esa campaña, se ubicó en el percentil 100 en tasas de macetazos, de batazos de fuerza y de promedio de velocidad de salida, registrando números élites en Valor de Carreras de Bateo, slugging esperado y porcentaje de ponches. Sanó se había convertido en lo que esperaban los Mellizos: Uno de los mejores bateadores de fuerza del béisbol.
Pero debido a lesiones e inconsistencias, ese concepto se vino a menos estrepitosamente.
El 29 de julio del 2022 fue su último partido con los Mellizos. Luego de lidiar con varios problemas físicos, el club lo envió a la lista de lesionados al día siguiente, debido a una inflamación en la rodilla, marcando el final de su paso por Minnesota, equipo que lo firmó en el 2009, cuando el oriundo de San Pedro de Macorís tenía apenas 17 años recién cumplidos.
“De pronto, salí de Grandes Ligas en el 2022. Recuerdo que dije: ‘No, tranquilo, no pasa nada. Yo voy a volver.’”, recuerda Sanó. “A partir de ahí, empecé a trabajar muy duro, hasta que finalmente pude regresar”.
Sin embargo, Sanó entiende que si bien el trabajo físico es importante, él tiene las condiciones para brillar en la Gran Carpa. Fue el aspecto mental en lo que más tuvo que trabajar para verse de vuelta en lo más alto del deporte.
“Yo te voy a decir algo, todo viene de la mente”, señaló. “A veces, creemos que las cosas son fáciles. No lo son. A veces nos ponemos negativo, y es en ese momento cuando [no salen las cosas]. Es ahí cuando más positivos debemos ser”.
“Lo que pasó conmigo fue que yo no tenía experiencia”, continuó. “Salí de mi país con apenas 16 años. No tuve ayuda de nadie. Quizás me aconsejaban, pero yo no prestaba atención. Luego fue que me ayudaron a reaccionar y comprender”.
Además de tener su mejor temporada durante aquel 2019, Sanó ganó un mentor que aún continúa ayudándolo: Nelson Cruz.
“Fue ese año cuando tuvimos el ‘Bomba Squad’. Me ayudó bastante”, recuerda Sanó sobre Cruz. “Después de eso fue que empecé a dedicarle más tiempo a mi trabajo. Pude entender y reconocer varias cosas”.
Es ahora que Sanó se encuentra del otro lado. Mientras busca encontrar un puesto como regular con los Angelinos, el dominicano tiene un consejo para los más jóvenes, que están ahora en la posición en la que él estuvo hace unos años.
“Que le dediquen más tiempo a buscar la ayuda ideal”, indicó Sanó, ahora de 30 años. “Buscar un buen abogado, no confiar en ‘conocidos’, sino rodearse de gente que te motive y te ayude. Tú sabes que cuando estás, como decimos los dominicanos, ‘en la pámpara’, aquí en Grandes Ligas, se acerca todo el mundo, pero sólo están pendiente de lo material. Los jóvenes deben buscar ayuda temprano, porque es bonito estar en Grandes Ligas, mi hermano”.
A seguir en la LIDOM
Como parte de su preparación, Sanó viene de disputar 27 partidos con las Estrellas Orientales en la República Dominicana en la pasada temporada, jugando por primera vez en su país en ocho años. Sin embargo, no será algo inusual de aquí en adelante, con el cañonero comprometiéndose a seguir jugando en el béisbol invernal.
“En lo que queda de mi carrera, voy a seguir todos los años jugando en la LIDOM”, expresó Sanó. “Yo antes no jugaba por la salud o porque el equipo me lo prohibía, pero todo pelotero que pueda jugar en la República Dominicana, mi hermano, lo que se pone es ready. Eso es lo que deja el invierno”.
Las Estrellas anunciaron que renovaron el contrato de Sanó en febrero, luego de que éste ingresó a la agencia libre tras llegar a la final del circuito el año pasado.