La historia de discapacidad de Domingo Reyes Carmona comienza cuando perdió la pierna derecha producto de un accidente laboral y se agrava con una serie de infortunados episodios, como la detección de diabetes no diagnosticada y a partir de ahí, la rutina de su vida personal y laboral cambió drásticamente.
“Antes de la amputación, laboraba como brillador de autos. Ese accidente me cambió la vida de manera radical. Tengo 6 hijas que sustentar, además de que en ese momento pasaba por la separación de la madre de ellas, pero tenía que pensar en ellas y en cómo suplir sus necesidades”, confesó el padre oriundo de Villa Altagracia que ahora cuenta 54 años de edad.
Luego de su proceso protésico, empezó a buscar formas de sustento, mientras aprendía a vivir con discapacidad y, en 2021, cursó Desarrollo Empresarial en el programa impartido por la Fundación Dominicana de Desarrollo Laboral (FDD), de la mano del departamento de Inserción Laboral de la Asociación Dominicana de Rehabilitación (ADR).
De acuerdo al testimonio de Domingo, cuyo entusiasmo es encomiable, a través de la capacitación desarrolló las habilidades básicas para el emprendimiento que le sirvieron para él mismo realizar el estudio de viabilidad del negocio y hoy es propietario de su propio medio de producción: un colmado en la comunidad de La Represa, del río Isa, en Villa Altagracia.
Inserción laboral en RD
Como Domingo, decenas de personas con discapacidad han logrado su independencia económica con acceso al empleo o al emprendimiento, gracias al programa que gestiona la Asociación Dominicana de Rehabilitación, con el apoyo de otras instituciones para la formación técnica y de las empresas para la colocación en puestos de trabajo.
Solo en 2022, a través de este programa la ADR colocó a 45 personas en actividades laborales, de 109 que se evaluaron. De ese grupo 116 recibieron formación para el empleo y se consiguieron 4 pasantías. El total de gestiones para empleo fueron 62 y se impartieron 15 charlas de sensibilización en distintas empresas.
Guadalupe Moll, gerente del departamento de inserción laboral de la ADR entiende que la República Dominicana muestra avances reales en la inserción de personas con discapacidad al campo laboral: “La intermediación laboral se trabaja con mucha mayor efectividad en el país, debido a que las personas con discapacidad están solicitando más esta ayuda y las empresas les abren más oportunidades. Sin embargo, aún falta mucho por mejorar.”
Hasta junio de 2023 se han evaluado 52 personas, 42 de ellas se han capacitado, 4 están en pasantías, 27 ya están insertadas en empleos y se han realizado 39 gestiones para colocación.
En el país, el Sistema Único de Beneficiarios (Siuben) indica que por cada 1,000 personas cotizando en el Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS), solo dos personas con discapacidad severa cotizan, siendo el salario promedio de RD$13,870 por afectado.
Para Yunior Valdez Merán, gestor de empleo del departamento de Inserción Laboral en la ADR, la poca accesibilidad es uno de los mayores retos que enfrentan las personas con discapacidad en materia de derechos, aunque “el país puede presumir avances como la Ley 5-13, sobre Discapacidad en la República Dominicana, que ha venido a romper los paradigmas para que esta población vulnerable acceda a un empleo digno en igualdad de oportunidades con las demás personas.”
Los derechos en igualdad de las personas con discapacidad, que dan sentido a este programa de ADR, se sustentan en el artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el convenio de la Organización Internacional del Trabajo (C159) sobre “la readaptación profesional y el empleo en personas inválidas”, de 1983, de la cual el país es signatario y el artículo 100 de la Constitución de la República Dominicana, entre otras piezas nacionales e internacionales.
El Banco mundial midió el impacto económico de la exclusión del mundo laboral de las personas con discapacidad y la cifró en una caída de 3% del producto interno bruto a nivel mundial, y la entidad registra que el 50% de esta población que participa del mercado de trabajo gana entre un 6% y un 11% menos que el resto.
Así como Domingo Reyes Carmona, las personas con discapacidad que ya han completado el proceso de la rehabilitación funcional, los médicos fisiatras determinan su paso al siguiente nivel, donde son evaluadas por un equipo multidisciplinario integrado por terapeutas ocupacionales, psicólogos, trabajadores sociales y el personal de inserción laboral, que trabaja junto al paciente para la consecución del objetivo final que es la rehabilitación integral, para que las personas con discapacidad puedan ser útiles a la sociedad, como entes productivos.